"Usa tus alas aunque estén cubiertas de sangre, tal y como un ángel caído."
Porque sus alas se tornaron rojizas de tanto sangrar, pero aún así seguía volando en busca de su libertad y eso era algo que Reiner admiraba.
🍃REINER X OC🍃
-Basado en Shin...
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El día siguiente llegó entre un velo de felicidad para la pequeña adolescente que no dejaba de sonreír como una idiota y sus dos amigas no sabían exactamente como reaccionar ante tanto entusiasmo por parte de la mayor de las tres.
Había despertado entre los brazos del hombre que amaba, luego de entregarse en un acto demasiado bonito y especial, era normal que no pudiera disimular todo lo que su corazón sentía en esos momentos. Pasaron la mañana entre besos dulces y alguna que otra caricia, después de todo ya se habían salteado el desayuno y no tenían ninguna tarea que realizar, por esa razón se quedaron juntos hasta que comenzaron a escuchar alboroto en el castillo.
Evie tuvo que inventarle una excusa a Mike, la cuál él no se creyó nada, pero no pudo seguir con el interrogatorio hacia la azabache, después de todo tenía cosas más importantes que hacer, ella ya era lo suficientemente mayor como para tomar sus decisiones y esperaba que fueran las correctas. Por esa razón la dejó ir, no sin antes dejarle uno de esos deliciosos pastelillos que siempre le regalaba cuándo se cruzaban.
Y ahí estaba, en el comedor de ese enorme castillo, mientras comía esa pequeña masa dulce con una enorme sonrisa en su rostro, siendo observada fijamente por una castaña pecosa que no podía entender el porqué de tanta alegría en esa muchacha. Estaban encerrados allí, privados de sus equipos y con nada de información del exterior, cosa que había preocupado a Evie anteriormente, pero en ese instante parecía estar en una burbuja de felicidad extraña.
—¿Puedes decirnos que demonios te ocurre?.-Preguntó la más alta, de la nada, sorprendiendo bastante a la pequeña azabache que sólo dejó el pastelillo sobre la mesa, algo confundida.
—¿A mi?. Nada, Ymir.-Respondió con rapidez, pero las otras dos muchachas no le creyeron nada, sobre todo porque había desviado su mirada y eso era una clara señal que estaba ocultando algo.
La diferencia entre Christa e Ymir era que la rubia no quería presionar a Evie para que le diga la verdad, ella misma guardaba muchos secretos ante todo el mundo, no era quién para hurgar en la vida de su querida amiga. Pero Ymir no tenía nada que perder, era directa y algo confrontativa, sobre todo cuándo se trataba de una persona que realmente le importaba como era Evie.
—Oh, vamos, estás suspirando y sonriendo desde que nos sentamos aquí.
—¿No puedo estar feliz?.-Preguntó algo ofendida e Ymir lanzó un pequeño suspiro ya que su amiga se estaba poniendo bastante a la defensiva.
—No me desagrada que andes así, pero últimamente tenías un aura deprimente y eras la más preocupada por la situación en la que estamos.-Volvió a señalar a su alrededor, dónde todos estaban bastante centrados en sus actividades individuales, pero se podía sentir una leve aura, como si algo estuviese apunto de salirse de control en cualquier segundo.
—Ymir, no la presiones.-Murmuró la más joven de las tres muchachas, queriendo frenar a su novia de ese interrogatorio que estaba llevando a cabo con su mejor amiga.