28.

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La incertidumbre se volvía casi palpable al caer la oscuridad de la noche y la moral de todos los integrantes de la legión de reconocimiento estaba por el suelo en ese mismísimo momento

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La incertidumbre se volvía casi palpable al caer la oscuridad de la noche y la moral de todos los integrantes de la legión de reconocimiento estaba por el suelo en ese mismísimo momento.

Evie se había encontrado con Nanaba poco después de salir de ese pequeño pueblo dónde la señora Silke vivía y no tardaron demasiado en comenzar a recorrer la muralla en busca del lugar dónde los titanes entraron. Pero habían pasado horas y horas desde aquello, todo para no encontrarme lo que estaban buscando desde que todo se salió de control.

La azabache estaba cansada para ese punto y era obvio que Ymir y Christa estaban en la misma situación que ella, pero sus superiores se negaban a descansar hasta que encontraran la forma de resguardar la humanidad. Nanaba se tragó la promesa que le hizo a su teniente sobre cuidar a Evie ante todo, pero esperaba que Mike la supiera perdonar después de ese día.

Pero se habían encontrado con el grupo de Reiner en el camino y todos se quedaron de piedra al reconocer que ninguno de los dos equipos había encontrado agujero en la muralla. Se tragó todas las ganas que tenía de ir directamente a los brazos del único hombre que lograba sacar su lado más débil y obedeció a sus superiores en todo momento.

Llegaron a un castillo en ruinas dónde podrían descansar unos momentos hasta que pudieran irse de ahí sin inconvenientes, tanto por ellos mismos como por los pobres caballos que estuvieron llevándolos desde el inicio del día. No era demasiado, pero parecía habitable por unas horas, habían unos cuántos víveres robados y el suficiente calor para que Evie no sintiera un malestar fuerte, el cuál llegaba cada vez que las temperaturas bajaban.

—Cadetes, pueden descansar, partiremos cuatro horas antes del amanecer.-Exclamó uno de sus superiores con voz autoritaria y todos asintieron, dispuestos a dormir un rato antes de volver a la acción.

Pero Evie no paraba de maquinar mil ideas en su pobre cabeza, desde el porqué de la muralla intacta hasta dónde estaría Mike en ese momento. ¿Habría sobrevivido?¿Estaría muerto en ese momento?. Negó con la cabeza, no debía centrarse en ideas pesimistas, ese hombre era fuerte, sólo su amado padre podría superarlo, era capaz de sobrevivir a simples titanes estúpidos.

—Nanaba, nosotros no encontramos el lugar por donde los titanes entraron. ¿Que quiere decir todo esto?.-Preguntó la pequeña muchacha levantando la mirada para cruzarla con la de esa mujer que conocía desde que tenía catorce o quizás trece años.

Nanaba lanzó un suspiro, sin saber exactamente qué contestarle a la pequeña protegida del capitán, sabía que no le podría mentir, era muy similar a sus padres, pero más al comandante Erwin, quién era un verdadero obstinado cuándo se trataba de encontrarle la verdad a las cosas y su primogénita no era muy distinta en ese sentido.

—No lo sé, Evie, lo averiguaremos mañana, ahora descansa, lo necesitas más que nadie.-Declaró la rubia levantándose de su lugar, dispuesta a hacer las vigilancias junto a uno de sus compañeros.

Red swan; Reiner Braun. [#1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora