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Después de que le contó a Red sobre Lisa (¿por qué había hecho eso?), el tiempo pareció pasar

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Después de que le contó a Red sobre Lisa (¿por qué había hecho eso?), el tiempo pareció pasar. De repente se levantaron y se fueron. Sabía que estaba cojeando, podía sentir el dolor que se irradiaba a través de su pie y pierna con cada paso, pero el mundo daba vueltas y sentía como si estuviera volando. Por los tejados, por los callejones... Podrían haber estado caminando durante diez minutos o diez años, Frank no podía estar seguro.

Con cada paso, la sangre palpitante en sus oídos le decía lo mismo. Vete, decía, vete mientras puedas. Preferiría desangrarse en un contenedor de basura o ir a la cárcel que sentir los hombros rígidos de Daredevil bajo su brazo mientras se apoyaba en ese estúpido traje rojo.

Latido - Latido - Latido

Frank estaba en el suelo, con la espalda apoyada contra el frío metal. Red se paró sobre él. La oscuridad de la habitación era demasiado atractiva, mientras su mente se desgarraba a sí misma, el alivio luchando contra el impulso de luchar contra el hombre frente a él.

 La oscuridad de la habitación era demasiado atractiva, mientras su mente se desgarraba a sí misma, el alivio luchando contra el impulso de luchar contra el hombre frente a él

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Llevar a Frank al apartamento le llevó más tiempo de lo que Matt esperaba. Para cuando lo depositó en el suelo de la cocina, era bien entrada la noche y Frank estaba casi inconsciente. Cualquiera con medio cerebro podría seguir el rastro de sangre desde el almacén irlandés hasta el apartamento de Matt, pero no podía preocuparse por eso en este momento, no con The Punisher sangrando por todo el azulejo. Cogió su botiquín médico y una pila de toallas viejas.

Todavía no estaba seguro de por qué no lo había dejado por la policía.

Todavía no estaba preparado para las consecuencias de esto, no estaba preparado para explicarle a Frank por qué no lo había entregado, pero mientras se quitaba la bota y el calcetín y limpiaba la herida, se obligó a olvidarlo. Por ahora.

No había encendido ninguna luz en el apartamento, por lo que todo lo que Frank tenía para ver era la luz de la ciudad que entraba por la ventana abierta. Sabía que Frank aún estaba consciente debido a su dificultad para respirar y los leves movimientos en su cuello. Apoyado contra el lavaplatos, Frank lo miraba, sentado encorvado sobre la herida.

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