PIECES

Boda

"El matrimonio te hace vulnerable y fuerte.
Saca lo mejor y lo peor de ti y después sin darte cuenta te cambia para mejor.
A una mejor versión de ti mismo que nunca hubieras logrado de otra manera."

*  *  *

Hinata agitó la mano en señal de despedida mientras veía a Sasuke caminar en dirección a los dominios del Clan Uchiha. Se sentía nerviosa y emocionada, estaba a pocas horas del gran día, la tan esperada boda.

Suspiró cuando vio desaparecer al Uchiha unas calles más abajo, tomó las manitas de los mellizos y entró a la mansión Hyuuga. Una vez dentro los pequeños corrieron en dirección a su abuelo Hiashi, y lo llenaron de besos. El líder del Clan los tomó en brazos y los llevó a la habitación preparada para ellos, Hinata caminaba unos pasos más atrás con Hanabi.

—Te ves cansada —comentó la menor de las Hyuuga rompiendo el incómodo  silencio.

—Lo estoy —la peli azul suspiró y después sonrió emocionada —pero la verdad es que estoy tan nerviosa…

—Debes estar tranquila y descansar lo más que puedas —regañó la menor —no queremos que tengas estrés, —acarició el vientre de Hinata y dijo —mi futuro sobrino debe estar saludable.

—Aún no sabemos si será niño o niña —la peli azul sonrió y abrazó su hermana menor.

—Eso es lo de menos —la castaña sonrió con malicia —lo importante es que Sasuke ya tiene un gran Clan.

Hinata se sonrojó violentamente y susurró cosas ininteligibles mientras la Hyuuga menor reía a carcajadas.

 
*  *  *

 
Hinata se despertó al escuchar los golpecitos en su puerta, después escuchó una voz diciéndole que el baño ya estaba preparado. Se calzó las pantuflas y caminó hacia el baño acompañada de una mucama.

—Por aquí, Hinata-sama —la chica hizo una reverencia cuando la peli azul pasó delante de ella.

—Gracias —la Hyuuga le sonrió a la mucama y se apresuró a desvestirse para meterse a la tina.

Se tomó su tiempo para bañarse y lavarse el cabello, después de todo era el gran día y debía oler mejor que en otras ocasiones para su amado Sasuke.

—Hinata-sama —escuchó que la llamaban al otro lado de la puerta del baño —ya está aquí la persona que arreglará su cabello.

Se apresuró a secarse y a colocarse la ropa interior de encaje blanco con delicados bordados en color lila, se vistió con la bata de baño y se apresuró a salir.

—Estoy lista —susurró y se sentó en la silla que sus sirvientes habían traído para ella.

—Bien —habló la experta en cabello —comenzaré por secar su cabello y después le haré un peinado sencillo y tradicional.

—Sí —respondió la peli azul y se puso en manos de la mujer.

Tres horas más tarde, su rubia amiga, Ino daba los últimos retoques al maquillaje de la novia.