| capítulo 2|

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Pov Sasuke.

Genial. Lo que me faltaba, primero el idiota del rubio y después la nena engreída gruñona y para acabar tengo que ir por Akane a la primaria a buscarla para irnos al hospital de paso. Sin nada más que agregar suspiré rendido sacando mis bolsillos las llaves de la motocicleta e irme de la universidad, ya qué mi satánica hermanita sale a las doce del mediodía; me subí a la moto dispuesto a arrancarla, pero en eso el profesor que venía hacia mí me lo impidió.

—¡Alto ahí, Uchiha! —dijo el profesor de Educación Física el cual levantó su mano, y con su estúpida sonrisa, sabía que no me traía nada bueno—Justo al hombre que buscaba, necesito que reemplaces a Neji, tuvo una lesión y estará en reposo tres semanas.

—bien. —dije sin expresión alguna, levantando una ceja—¿Y yo que tengo que ver en eso?—dije sarcástico —que sé ponga hielo y ya está. —estaba a punto por arrancar nuevamente mi moto pero...

—¿No comprendes verdad? —dijo sarcástico—necesito que lo reemplaces.

—cuanto apreció tiene a sus estudiantes estrellas, profesor Guy. No tengo el tiempo, ni el humor para ser caritativo. —miré al frente—no me vió jugar nunca.

—pero sí en darles una paliza a otros estudiantes, sé de la fuerza que tienes. Y también estoy casi seguro que también entiendes las reglas del juego. Y más sabiendo que haciendo trabajos extracurriculares mejora tu desempeño.

—¿Me está sobornando? —dije divertido.

—yo diría, ayudarte, hijo.  —palmeo mi hombro— ¿Aceptás el trato?

—el partido se acerca.. —su estúpida cara de preocupación me lo confirmaba —De acuerdo. Lo haré, pero no quiero trato especial como sus nenas del equipo.

—okey. Trato hecho sin trato especial. ¡Gracias, Uchiha!

—si, si. Ahora sí me lo permite debo ir por mi hermanita. —me coloque el casco negro y miré por última vez al profesor que se cagaba de la felicidad.

—Adios, Uchiha.

Escuché apenas por los ruidos del motor, poniéndolo en cambio y acelerar con todo dejándolo atrás, yo me concentré en el camino que tomé en la búsqueda de Akane.
Tendría que llevarla y dejarla en la casa, con su niñera, después dirigirme al hospital y luego volver a la facultad para las clases, será sencillo.

Y, en veinte segundos ya me encontraba en la escuela de la enana, la cual me esperaba sentada en la entrada del instituto con las manos alrededor de sus cachetes colorados y con una expresión aburrida, y que al verme se levantó limpiando sus jeans.

—¡Llegas tarde, Sasuke!

Linda forma de saludarme, ven porqué les digo que esa niña es el satán.

—¡Hola, para ti también! — respondí sarcástico, ella negó divertida —ten. Ponte el casco primero. —dije sacándome lo y ofreciéndole la cosa —Akane házlo.

—está bien, está bien, Gruñón.

Ella acepto y se lo puso, más se subió a la motocicleta, pero con la peculiaridad que no se callaba al montarse alardeaba de su inteligencia y de cómo volvió loca a su maestra con problemas matemáticos muy avanzados para su edad en su primer día de clases en el instituto.

—Sasuke tengo díez años, no es justo de qué siga fingiendo no entender. Soy inteligente igual que tú, y me siguen tratando como bebé.

—porqué lo eres, no en cierta manera, pero eres menor de edad.

—me gustaría ser mayor, y salir con chicos.

—Dios, te pareces a la nena gruñona de está mañana. —dije sin pensar y escuchando..

𝐄𝐥 𝐂𝐡𝐢𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐨 | 𝑺𝒂𝒔𝒖𝒔𝒂𝒌𝒖 ⚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora