Prólogo

19 0 0
                                    


El séptimo grado estaba comenzando y Eleanor Davis era nueva en la escuela

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El séptimo grado estaba comenzando y Eleanor Davis era nueva en la escuela. Tenía dificultades para socializar, así que desde el principio sus compañeros la tildaron de rara. Crystal Hudson fue la excepción, pues un día, viéndola sola en el receso decidió acercarse a ella y desde el primer momento ambas conectaron muy bien. Crystal era una persona muy sociable, aunque de pocos amigos, así que se aseguró de poco a poco introducir a su círculo a su nueva amiga.

Su amistad se fue fortaleciendo con el pasar del tiempo y se convirtieron en mejores amigas, manteniendo dicho vinculo hasta el día de hoy.

—¿A dónde me llevas?—pregunta Eleanor, quien no puede ver nada debido a que las manos de su mejor amiga están tapándole los ojos.

—Ya lo verás—dice Crystal. Segundos después quita las manos de sus ojos y las luces del lugar se encienden. Era la casa de su mejor amiga.

—¡Sorpresa!—gritan todos al unísono.

Los Davis y los Hudson se encontraban allí reunidos junto a los amigos de sus hijas.

Era 23 de noviembre, lo que significaba que era el cumpleaños de Eleanor, y ese día se celebraban sus 18 años, justo un mes después del de su mejor amiga.

—Muchas gracias, a todos, los amo—expresó Eleanor una vez fue felicitada por todos—Y... Crystal, me encanta que la distracción que utilizaste fue llevarme al salón de belleza—dice Eleanor entre risas.

—Es tu día, debías estar mucho más deslumbrante de lo normal—dice Crystal, logrando que su amiga sonría y ambas se abrazan.

Una vez terminado el abrazo, Eleanor se dirige al pastel y comienza a tomarse fotos con los presentes.

La noche pasa entre risas y en un momento dado Eleanor se dio cuenta de que estaba feliz y se sentía demasiado orgullosa porque aquella chica tímida que era hace unos cuantos años ya no existía, había crecido personalmente y se sentía demasiado plena.

—Tierra llamando a Eleanor—dice Emma, su madre, codeándola, haciendo que vuelva a la realidad y ría levemente—¿Te pasa algo? Parecía como si estuvieras en otro mundo—dice Emma haciendo ademanes.

—No, mamá, es solo que... me siento muy feliz—dice Eleanor dejando salir un suspiro.

—Me alegra mucho eso, cariño—dice su madre conmovida por dichas palabras—Pero, deberías ir y ser feliz con tus amigos y no aquí en la cocina—dice Emma. Eleanor esboza una sonrisa.

Había ido a la cocina solo a tomar un vaso de agua, pero fue justo en ese momento donde se dio cuenta de lo feliz que estaba siendo.

En unos cuantos días se graduaría y si todo salía bien cumpliría uno de sus mayores sueños junto a su mejor amiga.

Nada podría quitarle la sonrisa.

DespiadadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora