-CINCO-

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—¿Por qué estás abrazándome?

En ese momento me percaté que ya llevaba un buen así. Me acomode algo incomoda. Sentía vergüenza pero al menos me sentía más segura al ver un rostro algo conocido.

—Perdón. Yo...emm.—me giré mirando hacia atrás. El chico estaba allí, sabía que era él por su gorra. Camino en dirección hacia mi, no pude evitar tener miedo de nuevo, así que tomé fuertemente el brazo de Brad y me aferré a él.

—¿Qué estás haciendo...?

—Hey, te estaba buscando. Gracias por encontrar a mi hermana, lo qué pasa es que se escapa seguido y mi madre y yo andamos buscándola.—dijo el chico jalándome del brazo.—Anda, vamos.—pero yo no me solté de Brad.

—Ella no tiene hermanos.—soltó Brad.

—¿Perdón? Oh, ¿eso dijiste? ¿Qué no tienes hermanos? Me estás avergonzando Alex, mamá debe estar buscándote también.

¿!Cómo sabe mi nombre!?

—Tienes tres segundos para irte, si no quieres que te parta la cara.—soltó el nerd seriamente.

—Debo llevármela, tiene que ir a casa...

El tipo no pudo terminar su frase ya que Brad le tiró un golpe encima. El otro se levantó molesto, por su parte las personas en lugar de ayudar se alejaron de ahí. Quería llamar a al policía pero no tenía pila, no sabía que debía hacer para ayudar.

—¡BRAD!—grité fuertemente al notar como el tipo sacó una navaja y se la encajó para después salir huyendo.—¡Brad! ¡Mírame! ¡Brad! ¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude porfavor!

Pare un taxi, el señor me ayudo a subirlo, le pedí que nos llevara al hospital más cercano. En el transcurso no podía evitar sentirme asustada.

—¿Estarás bien si?—dije sosteniéndolo fuertemente.—Si me hubiera ido más temprano...

—Probablemente sería lo mismo.—contestó Brad muy apenas.—El estaba en la cafetería también, quizá por eso...sabía tu nombre.

—¿Te duele mucho?—cuestioné al notar que se quejaba mucho del dolor.—¡Señor podría ir más rápido porfavor!

Cuando llegamos al hospital lo atendieron urgentemente. Me quede sentada en las bancas esperando a que el doctor me diera información sobre él.

—¿Es usted algún familiar del joven?—me habló el doctor.

—No, yo solo soy una compañera de la escuela.

—Oh, ya veo. Necesitamos que al menos un tutor venga por parte de él para darlo de alta.

—¿Él esta bien?

—Si, afortunadamente su herida no es profunda ya que logró moverse. Aún así deberá reposar por mínimo dos días.

—¿Puedo verlo? Se lo suplico.

El doctor me permitió entrar a verlo. El se encontraba descansando en la camilla. No podía evitar sentirme culpable de esto. Estaba agradecida que nada grave le ocurriera.

¿A quien debía llamar? El único familiar que conozco es Sandra pero ella está ocupada ahora, decirle lo de su primo haría que se alterara más. Además Héctor se daría cuenta que mentí.

—¿Y qué importa eso? Él está herido.¿realmente te preocupa más que Héctor descubra que aún no te habías ido?—me regañé a mi misma.

—¿Por qué sigo escuchando tus pensamientos en voz alta?—dijo él sin abrir los ojos.

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