Después de la discusión de ayer con Héctor no he vuelto a ver, y no, no lo he evitado, más sin embargo no lo he encontrado en clases ni en los pasillos.
—Hey Alex, ¿a dónde vas?—me preguntó Mat en la salida.
—A ningún lado, únicamente espero a que Dani salga de sus clases.
—Perfecto, ¿podrías acompañarme a mi clase de deportes?, estaré practicando pero es más interesante cuando estás ahí porque por alguna extraña razón las chicas me hablan.
—¿Piensas engañarme delante de mí?
—No...—dijo algo temeroso—bueno, ¿un poco?
Achiqué los ojos.
—Bien, vamos—acepte sonriendo—¡Pero no puedes hablarles frente mío!, dirán que no me tienes nada de respeto.
Mat aceptó, nos dirigimos hacia su entrenamiento. Siempre pensé que odiaba el fútbol pero creo que como se tomo en serio lo de Dani está esforzándose demasiado.
Caminamos hacia las gradas, obviamente él avanzó hacia la cancha con los demás jugadores mientras yo me sentaba a observarlo. Eran dos equipos de la escuela, los rojos y azules, los primeros siempre tienen más popularidad y más éxito,los segundos no tanto normalmente suelen perder, aunque en estos momentos sólo era un entrenamiento.
En este caso Matías pertenecía a los azules, por lo visto el entrenamiento estaba siendo duro ya que veía como los mantenían dando repetitivas vueltas.
En esos momentos sentí como alguien se sentaba a un lado mío.
—Hey, Alex, no sabía que estarías aquí. Así mejor, no estaré sola—habló Sandra sonriendo.
—Hola Sandra, sí, vine con Mat, está formando parte del equipo rojo, está ....¡es ese!, él que se acaba de detener, mm que poco aguanto.
Ella se echó a reír.
—Es complicado, la cancha es demasiado grande, créeme que yo no aguantaría ni una vuelta, soy pésima para correr—aclaró aún con esa sonrisa—Yo vine por Héctor, ha estado entrenando todo el día. Esta por allá, creo que están tomando un descanso para poder continuar después—ella también apuntó. Hasta este punto no me había dado cuenta de eso ni tampoco recordé que formaba parte del equipo de fútbol—Oh, ¡ahí vienen!
En ese momento les dieron un descanso al equipo azul, supongo para darle espacio al otro equipo y que también pudiera correr en círculos. Observé el panorama, en efecto venía Héctor con un traje rojo, se le notaba cansado, su rostro estaba demasiado serio, él se giró y nuestras miradas se encontraron.
Abrí los ojos algo sorprendida, él no apartó la mirada ningún momento, seguía con la misma expresión seria. Fui yo quien desvió la mirada para no ser obvia, o no sé, quizá miraba a Sandra y no a mí o incluso tal vez ni siquiera nos miraba.
—¿Todo está en orden Alex?—me habló ella una vez más retirándome mis pensamientos.
—¿Eh?, ah claro. ¿Por qué lo dices?—pasé saliva nerviosa, ¿lo habrá notado?, ¿él le contó algo sobre mí? ¿le mencionó lo que le contó el nerd?
—No lo sé, es que aveces creo que...
—¡Oye maldita!—el grito de Daniela nos cortó la platica.—¡Dijiste que me esperarías!
—Lo siento, Mat me pidió que lo acompañara.
—Mínimo me hubieras avisado, estuve como idiota buscándote hasta que Hector me dijo que estabas aquí acompañando a Mat.
—¿Cómo es que Héctor te dijo?
—Le mande mensaje...—aclaró—ah, también sabía que estarías aquí Sandra, perdón por no saludar....—deje de prestar atención a su platica para analizar lo que me había mencionado.