-UNO-

770 51 9
                                    

Les describiré mi vida en resumen. Soy Alexandra y estudio el bachillerato. Curso el último año, realmente nada en mi vida es interesante, aunque hay una cosa en específico que me tiene agobiada. Se llama Héctor, mi mejor amigo, si exacto "mejor amigo" bueno quizá se pregunten por que hago énfasis en esto y lo que sucede es que llevo estos malditos tres años intentando hacer que se enamore de mi y créanme que no lo he conseguido.

Si, yo también espero que sucede el típico cliché donde los mejores amigos se enamoran pero no ha sucedido.

Y para acabarla el idiota se consiguió novia y ahora siempre está hablándome de ella sobre lo mucho que le gusta.

¿Cómo describiría esa situación? Incómoda.

Pero al final termino escuchándolo ya que es mi amigo al fin de cuentas.

—Y por eso peleamos, Alex,¿tú que crees que pueda hacer para solucionar el problema? La verdad es que odio pelearme con Sandra.—me dijo Héctor desesperado esperando un respuesta. Era tedioso que siempre recurriera a mi en estas ocasiones pero era lógico de cierto modo, yo era su mejor amiga, y uno siempre acude con los mejores amigos cuando necesita ayuda.

—Habla con ella, es un malentendido así que debes aclararlo o podrás perderla para siempre. Deberías ir a buscarla después de clases.—incluso mis consejos eran sinceros, jamás influiría para que ellos terminaran o algo parecido. No era esa clase de persona por muy enamorada que estuviera de él.

—¿Crees que me escuché ? ¿Y si no quiere saber nada más de mi?

—Ella te quiere mucho, dudo que no quiera saber más de ti.

Y tenia razón. Sandra era buena niña, siempre fue tan linda que es imposible odiarla. Así que no, aunque quisiera ella no me caía mal sólo por que anduviera con mi mejor amigo. Puede que le tuviera cierta envidia cuando la veía con él besándose o abrazándose pero tampoco al punto de desearle alguna tragedia ni nada.

—Es verdad Alex, gracias, tú siempre estás aconsejándome.—dijo levantándose del comedor.—Creo que iré a buscarla ahora mismo. Realmente te lo agradezco, ¿me mandas mensaje cuando salgas para llevarte a tú casa?—la idea de nuevamente ir con él y Sandra en su auto me incómodo.

—Emm...no gracias, tú ve con Sandra, necesitan arreglar sus problemas, yo...me iré con Daniela y Matías.

Daniela y Matías eran nuestros otros amigos. A Dani la conocí apenas entre aquí y Matías es mi vecino.

—¿Segura?—asentí fingiendo una sonrisa.—Vale, entonces te veo luego.—se despidió dándome un beso en la frente.

Desearía que dejara de hacer eso. Aunque claro que no lo hace con mala intención. Pero no puedo evitar sentir algo...cuando eso pasa.

—¿Ya se fue?—dijo Daniela sentándose con su almuerzo.—Ni siquiera comió.

—Fue a buscar a Sandra, necesita arreglar un problema con ella.

—¿Y por qué esa cara triste?—dijo Matías dándome un golpe en la cabeza.—Si no querías que se fuera lo hubieras tomado del brazo y le hubieras dicho: Héctor, por favor no te vayas, después él te preguntaría ¿por qué? Y tú responderías: porque yo...yo, yo...te amo.

—Dagh que ridículo, además no ves que la pobre no ha podido hacerlo en tres años ¿realmente tú crees que podría decirle que lo ama en la cafetería donde todos podrían oír?

—Uno nunca sabe, esto siempre pasa en las novelas.

—Si, yo creo que quizá deberías dejar de verlas Matías, están comenzando a afectarte.—comenté.

PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora