[2]

1.1K 166 29
                                    

Hoy aquel chico lleva un jersey negro y unos jeans, la misma mochila negra y el cabello del mismo color cubriendo sus ojos. La diferencia es que hoy tiene audífonos blancos en sus oídos.

Seokjin trata de que su corta observación sea discreta y no provoque hacer al pelinegro voltear. Porque diablos, moriría si ocurre.

Han pasa dos días de la primera vez que cruzaron miradas. seokjin consideraba dejar al olvido aquello, no lo vio por dos días enteros y fue suficiente para entender que nunca más lo haría. El pelinegro pudo ser cualquier pasajero que en un momento en el que vas a llegar tarde decide subir para salvar su pellejo.

Y así había decidido, no volver a pensar o fantasear con el chico de ojos de Bambi.

Pero ahora todo ha ido al traste.

Él como siempre mantuvo su postura de ojos cerrados y cabeza acostada en la ventana, después de un tiempo de viaje sintió una mirada, llegó a creer en su momento que se trataba de algún compañero tratando de llamar su atención.

Al abrir sus ojos hace contacto con los ojos del desconocido de hace un par de días. Esta vez no era un simple vistazo, el joven llevaba una ceja levantada como si estuviese sorprendido por ser descubierto. Le causo gracia aquello y volteó con una sonrisa.

Después de ese suceso dejó de sentir aquella mirada.

Mientras esperaba un momento prudente pensaba en que se aseguraría de ojear lo más fugaz que pudiera, no quiere levantar sospechas.

Y así lo hizo.

Ahora que lo observaba mejor... es guapo. Inclusive poseía un lunar cerca de su cuello. Muy sexy a decir verdad.

El joven mira por el rabillo del ojo al sentir tan curiosa mirada. Las mejillas de Seokjin convirtiéndose ligeramente rosadas al ser atrapado.

Seokjin voltea a su izquierda nuevamente, la ventana a su lado como siempre, es su asiento favorito y no importa si camina por unas seis cuadras más pero él definitivamente tendrá la ventana a su izquierda, es cómodo. Le es irrelevante si alguien debe sentarse a la derecha de él. Están en época de invierno así que él puede recolectar un poco de calor, al menos él no va a morir de frió.

El pelinegro mira a la derecha y Seokjin suelta el aire que él no sabía contenía.

¿Cuál es el problema del chico? ¿A caso gusta de él? La mejillas de él tomando un rosado mucho más fuerte ante la idea.

Bufa, eso no va a pasar. Quizás en la fantasías de él pero lamentablemente está es la realidad. No existirá más que simples vistazos entre ellos. Esta vez él no va a descansar y se informará cuál es el paradero en el que él baja. No, él piensa que no es porque él está interesado en él chico, quizás ligeramente. Es curiosidad, simple y sana indagación.

Durante los próximos veinte minutos, aproximadamente, han cruzado diversas miradas. A veces el chico la desvía y Seokjin finge estar viendo algo detrás del muchacho.

Es en el paradero en el que la mayoría de personas baja, en el que el pelinegro también lo hace.

Seokjin mira a la ventana aunque él está observando cada movimiento por el rabillo del ojo, tratando de no verse tan interesado en los actuares del muchacho. El pelinegro baja con mucha seguridad y las manos en los bolsillos. Desde el ventanal él lo visualiza cruzar, ni siquiera por las líneas blancas donde deben hacerlo todos. Él salta encima de la pequeña acera que separa una autopista de otra y cruza como si nada. Indiferente y sin temer a que venga un auto y lo atropelle.

Seokjin bufa, vaya chico despreocupado en el que él se ha fijado.

🄶🄻🄰🄽🄲🄴🅂 [кσσкʝιи]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora