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Bosteza mientras toma asiento en su lugar de siempre. Quiere dormir un poco antes de llegar pero recuerda que tiene un examen y no ha estudiado nada ayer. Toda la absoluta culpa es de Naruto y su última película, definitivamente Seokjin debe aprender a ser más responsable.

Así que ahí está, intentando concentrarse en lo que dice el libro en lugar de pensar que conseguirá un dolor de cabeza y una nota realmente baja más tarde.

Después de un cuarto de hora revisa por si él ha subido. Más no lo encuentra... nuevamente.

Recuesta su cabeza en el vidrio, rendido de seguir esperando lo inesperado. Han pasado quizá tres semanas desde que ha visto al pelinegro, y en todo ese tiempo ha imaginado posibles escenarios, que sabe al final de cuentas no sucederán. Pero soñar no cuesta nada.

Mañana intentará no pensar, o desear, verlo. Porque al parecer el universo está en su contra y nunca contribuye con sus esperanzas de volver a encontrarse. Mientras más piense en ello, menos resultados obtiene.

Mira con total desinterés los autos pasando junto al suyo, las grandes autopistas y varios edificios.

Un autobús igual de grande que el que lo transporta, se detiene al lado del suyo en un semáforo. Seokjin observa a cada persona dentro de ella, es interesante como de un auto a otro puedes observar a gran parte de los pasajeros.

Sigue el recorrido mejorando cada vez más en sus habilidades de persuadir a otros con su mirada, ya ha espantado a dos niños, incomodado a un hombre de negocios y ha conseguido que una ancianita le saque el dedo medio, el mito de que todos los ancianos son amables y adorables ha sido roto.

-Puede abrir la ventana ¿por favor? -Pide una señora sostenida del pasamanos, su rostro expresa su incomodad ante el ambiente repleto de personas intentando conseguir calor- Necesito ventilación

Seokjin piensa en replicar, insistiendo mucho frío como para que esa idea siquiera cruce por su mente ya que probablemente será él quien reciba todo el viento, quizás se resfrié más tarde, así no sólo tendrá una mala nota, sino también un que hace horrendo resfriado.

-Está bien -responde en su lugar tratando de no sonar tan reacio. Se remueve un poco jalando lentamente la ventana, sin embargo esta parece no tener intenciones de abrirse. Seokjin con toda la felicidad que sus pocas fuerzas pueden reunir, desea decir a la molestosa señora, que no, no se puede abrir la ventana.

Lo iba a ser si no fuese porque su vista capto a cierto pelinegro, con sus típicos audífonos, en el carro del frente. Seokjin se sorprende mucho, abre sus ojos en demasía ¿Qué está haciendo ese chico allá y no acá? Quiere preguntar en voz alta pero el carro avanza rápido. Casi maldice ante tal acto.

Pero al menos ha descubierto porque no lo ha visto las últimas semanas. Seokjin se siente traicionado, aunque piensa que está asumiendo los sentimientos del auto en el que va porque un pasajero lo ha traicionado y ha subido en otro.

Sí, eso suena mejor a decir que se siente traicionado porque su acosador ha subido a otro carro...eso es ridículo y raro.

Seokjin no quiere sentirse raro.

🄶🄻🄰🄽🄲🄴🅂 [кσσкʝιи]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora