Él Secreto del Loto Negro Ying

Capitulo 2._Nacimiento De Dos Lotos Blancos

DOS MESES DESPUÉS...
En una pequeña cabaña de bambú rodeado de un pequeño estanque con botones de loto sin florecer entre un árbol de flores de durazno sin abrir, esperando el momento de alumbramiento de la luna para acompañar a la joven pareja que se acercaba a ellos sorpresas inesperadas mientras tranquilamente estaban en el mundo de los sueños.  

Por desgracia de la mal suerte y mal augurio del mal tiempo se presentaba para lluvias intensas a acompañadas con el retumbar de los truenos en la tierra que opacaba todo lo tranquilo y armonioso. 

La joven Cangse Sanren despertó por los repentinos dolores insoportables en su vientre y en la parte de debajo en sus entre piernas, el pánico se apodero de ella momentáneamente no se había dado cuenta que entro en estado de labor de pardo. 

Con mayor de sus esfuerzos intento despertar a su esposo dormido, pero en la desesperación de ver que este no despertaba le da una patada tumbando a su esposo Wei Changze de la cama dándose cuenta que había mojado la cama. 

*Narra Cangse Sanren*

Desperté repentinamente de mi dulce sueño por dolores insoportables automáticamente entre en pánico puse mi mano en mi vientre abultado en desperación intenté despertar a mi esposo. 

Cangse Sanren: ¡agh!, ¡Changze!, ¡esposo despierta! Tienes que traer al doctor- dije en susurró en su oido moviéndolo suavemente.

 veo que no funciona así que opte por usar otro método con todas mis fuerzas patee a mi esposo haciéndolo caer de la cama al suelo frio, despertándose asustado. 

Wei Changze: ¡hay! Pero ¿porque me pateas? - quejándose levantando su mirada hacia mi comenzó a preocuparse y acercarse - ¿qué sucede Sanren? 

Cangse Sanren: oh mi querido tonto esposo mío dije –diciendo sarcásticamente a lo último gritarle - ¡que te largues a traer al maldito doctor! Que muero de dolor.

Wei Changze: Ahh voy corriendo – dijo agarrando su espada de la mesita de descanso, salió a la carrera hasta la puerta del cuarto y desaparecer de mi vista.

 Cangse Sanren: ¡olvidaste tus talismanes! – le grite, pero al parecer ignoro completamente. 

No paso ni un rato que mi esposo Changze estaba aquí medio mojado por la lluvia, secándose con un talismán de fuego, me le quede mirando molesta mas aun con el dolor que me partida en dos.

 "Por todas las inmortales cultivadoras si no te mato es por que eres mi esposo y te amo"- pensé – "en mi próxima vida espero ser varón y tu mujer para que sepas lo que se siente amado mío." 

Cangse Sanren: ¿y bien? – dije en tono frio y regañadiente. 

Wei Changze: ohh no me mires como si fueras a matarme con la mirada, salí al pueblo, pero no había ningún doctor o casa de hierbas disponibles por la lluvia y los truenos. – dijo triste y preocupado tomándome la mano – no sé qué hacer Sanren.

Estaba pensando una opción, pero de nuevo los dolores venían fuertes ya comenzaba a sudar mi cuerpo temblaba sin parar mi esposo preocupado noté que el también temblaba de la desesperación e impotencia en verme así, lo único que puede decir fue. 

Cangse Sanren: ¡agh! ¡Maestra! ¡Talismán! ¡Quemarlo! -dije en gritos de dolor. 

Wei Changze: si buscare los talismanes – dijo preocupado soltando mi mano. 

Con velocidad se dirigió buscar en los cajones de las mesitas de descanso sin importarle hacer un desastre en el piso hasta que encontró la cajita donde los guardaba saco uno de los talismanes comenzó a quemarlo y decir.