Capítulo 6

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Lucy observó a su alrededor y fue consciente, por primera vez, de que el gremio estaba concentrado en la conversación que mantenían. Y estaba segura de que en condiciones normales se habría sentido en extremo abochornada. Pero la contestación de Natsu la había dejado tan estupefacta, que era incapaz de sentir otra cosa. Hasta se le habían cortado las lágrimas.

—¿Pareja? Pero ¿de qué hablas? —inquirió perpleja.

—¿De qué voy a hablar? De nosotros —respondió contundente—. Pero no te preocupes: me ha quedado claro que no quieres avanzar todavía.

—¿Avanzar? ¿Avanzar el qué?

—Nuestra relación —contestó de nuevo como si fuese obvio.

Lucy abrió los ojos como platos y se le cayó la boca del asombro a pesar de estar segura de que había tenido una alucinación acústica.

—¡¿Qué?! —exclamó atónita.

Natsu se irguió algo incómodo. Empezaba a estar bastante preocupado por la reacción de Lucy.

—Oye, ¿te encuentras bien? Desde ayer estás muy rara.

—No me cambies el tema —volvió ella a lo importante—. ¿Cómo que tenemos una relación? ¿Desde cuándo?

—Puff... —resopló—. Desde hace un montón...

—¡De eso nada! ¡No somos pareja!

—Claro que sí...

—¡No, claro que no! —rebatió al instante.

—Pero vamos a ver, Lucy —empezó él con paciencia, como si estuviera intentando razonar con una loca cuando el que estaba como una cabra era él—. ¿Cómo no vamos a serlo si nos comportamos como una? Y no me lo niegues porque durante todo este tiempo me he informado sobre ello —explicó a la vez que señalaba con su dedo a la gente que estaba detrás de ella.

Lucy sólo pudo abrir más la boca. Se le estaba a punto de desencajar la mandíbula.

—¿Que nos hemos comportado como...? ¿Qué? —De verdad que no podía estar más sorprendida. ¿Y encima le estaba diciendo que todos esos estaban al corriente de la locura de Natsu?—. No nos hemos comportado como una pareja.

—Ah, ¿no? ¿Y en qué no? —la retó él con los brazos cruzados.

—¡En todo! —exclamó ella con la respiración agitada.

Natsu se quedó a la espera, con sus ojos fijos en ella. Lucy se tensó ante su intenso escrutinio y el silencio ensordecedor que la hizo aún más consciente de que estaban en medio del gremio con casi todos sus miembros en el salón.

—¿Y bien? —instigó Natsu cuando vio que Lucy no iba a decir nada—. ¿Qué hacen las parejas que no hacemos nosotros?

—Pues... para empezar... —Pero no sabía muy bien por dónde hacerlo. Eran tantas y tantas cosas...

Miró hacia la cotilla audiencia para centrarse en las parejas del gremio por si le daban ideas. Y se dio cuenta de que, a excepción de Levy que, extrañamente, había salido corriendo hacia la barra para chocar sus manos con Cana, ambos integrantes de todas ellas se sentaban juntas.

—Las parejas pasan mucho tiempo juntas —alegó al fin.

—¿En serio no te parece suficiente? —intervino Gray, para su sorpresa—. La única forma de que pasaseis más tiempo juntos sería viviendo en la misma casa.

—¡Pero ¿qué dices?! —se indignó encarándose a él—. Nosotros no pasamos tanto tiempo juntos.

—Claro que lo hacéis —confirmó Erza—. Si no estáis en una misión, estáis en el gremio o en tu casa.

Lo que se da por hecho, ¿es verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora