Capitulo 5: La beca soñada
Nunca la había visto con una sonrisa tan linda como la manera en que estaba sonriendo ahora mismo. La tomé de la mano, adoro sus delgadas manos; después con mi otra mano la tomé de la cintura, le indique que solo tenía que dar vueltas y mover los pies de cierta manera. Ella lo entendió. Comenzamos a bailar y fue asombroso, hace años que no tenía una pareja de baile, aunque muchas veces la salsa debe bailarse con algo de distancia, para que la dama pueda hacer sus giros, yo hacia los posible por tenerla cerca mío.
- ¿sabes? El hombre no hace nada en la salsa, solo sostiene la mano de la mujer y la hace girar – dijo ella una vez que terminamos de bailar.
- ¿Qué dices? Por supuesto que no, el hombre es el que guía a la mujer, es quién tiene que decirle qué hacer.
- Por eso prefiero los bailes individuales – dijo ella.
Le dije que me quería ir a casa, también le dije que yo la dejaría en su casa, lo cual hice, resulta que ella vive cerca de mi casa, no sé si eso podría considerarlo como algo bueno o como algo malo. Cuando íbamos en mi auto ella comenzó a tocarme las piernas, ¡Qué atrevida! Pero luego descubrí que para quitarme mi celular, dijo que registraría su número porque lo más probable es que yo olvide ponerla en mis contactos.
Una vez que estuve en mi casa, me puse a buscar cosas sobre Paz, algo, algún recuerdo, lo que quería es tenerla de nuevo en mi memoria, todo mi esfuerzo fue en vano, me quedé en las mismas.
Decidí acostarme para tomarme una siesta, me puse a recordar cómo bailaba con Dulce. La última vez que había bailado un poco se salsa fue cuando tenía 12 años, de hecho bailaba con Paz, pero como a ella le gusta más el baile individual solía pisarme o se le dificultaba… ¡Espera! Ah Dulce le pasaba lo mismo, ¡Es por eso que recuerdo a Paz cuando estoy con Dulce! Tienen cosas en común. No debo rendirme, debo buscarla. Recuerdo el ultimo día que la vi, estaba en las clases de baile y le dije que me gustaba, ella se quedo en shock y salió corriendo, me sentí mal, pensé que ella no me quería, entonces, para no sufrir, decidí no ir mas a las clases de baile, desde entonces ya no la volví a ver, como me arrepiento ¿Por qué es tan difícil olvidar al primer amor?
Estaba en el salón de clases, esperando a que comenzara la clase de comunicación, llevé la maqueta y estaba esperando a que llegará Dulce, espero que si haya estudiado lo que diría. Al fin, aquí esta.
- ¿Estudiaste lo que dirías? – le pregunté
- ¡Qué grosero! Primero debes de saludar, buenos días, Ben, así, ¿ves? Yo si tengo educación, y si, si sé lo que diré, tampoco soy idiota, tengo el quinto lugar en el cuadro de honor de la escuela - dijo ella presumiendo.
¿El quinto lugar? ¿Y eso qué? Yo tengo el primero.
- Yo tengo el primero, mejor cállate – le dije enojado, si alguien aquí es el creído soy yo.
- ¿Me callas? – me preguntó seductoramente.
- Ay… - exclamé de fastidio.
- Quedó muy bien la maqueta – dijo ella.
Dulce comenzó a analizar la maqueta por todos lados, yo la estaba observando pero algo me llamo la atención: sus pechos. Este día estaba vistiendo una blusa de tirantes color azul, con un gran escote; una falda corta, de volados, color blanca; con unas zapatillas azules. De verdad que esta chica está muy buena, ya veo el por qué de su apodo “La ardiente Dulce”