CAPÍTULO SIETE: CARA A CARA

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Los distintos monitores de su búnker no diferían en la información que proveían a Lisa, un mismo mensaje que la había sorprendido tanto como creerse totalmente sola en otro universo. Y es que el mensaje la inquietaba tanto como la aliviaba de su soledad.

"USTED HA RECIBIDO UN MENSAJE DE LA CÓNSUL SUPREMA LISA LOUD"

-"¿Qué significa todo esto? ¿En qué mundo estoy?"- pensó desconcertada y vio la grabación:

Muy bien, reporte de situación preliminar, en la bitácora informática de Lisa Loud. Mi proyecto Piedra Angular presentó anomalías, cuyos efectos colaterales inmediatos han sido transportar mi persona a otro universo, uno que presenta la particularidad de estar despoblado.

Ya he realizado estudios y lecturas reiniciando mi red satélite personal. A grandes rasgos, estoy inequívocamente en el planeta Tierra, con la misma disposición geográfica, topográfica y ambiental. Resumiendo, estoy en un sitio casi idéntico a mi original mundo.

No obstante, hay un factor crucial que, a su vez, difiere en mi realidad habitual: Este planeta está despoblado. No hay presencia humana, ni animal de ningún tipo. He atestiguado presencia de vida vegetal y fúngica, lo mismo con las bacterias y demás microorganismos. Tal situación fue registrada por mí al poco tiempo de llegar a este mundo.

Estoy calma, dentro de lo que cabe. Tengo provisiones en mi búnker y calculo que en un mes estaría en condiciones de iniciar los procedimientos para una nueva máquina Piedra Angular. También he liberado drones con la finalidad de detectar otras posibles presencias humanas que mis satélites hayan podido pasar por alto. Me atrevo a decir que tengo esperanza, una certeza de que puedo combatir exitosamente mi situación precaria (bueno, «precaria» es un adjetivo exacerbado. Creo que «contraria» sería más apropiado)

Finalizo este reporte con una anotación curiosa: he constatado que mi residencia, así como sus alrededores, se encuentran en óptimas condiciones a pesar del estado de abandono. Sin embargo, más allá de un radio de medio kilómetro a la redonda, el resto del área muestra daños posiblemente ocasionados por disturbios o accidentes. Las lecturas no arrojan nada concluyente aún. De cualquier forma, esa no es mi prioridad inmediata, ni ningún hecho concerniente a este mundo. Todas mis energías estarán destinadas a resolver mi condición de extranjera en tierra extraña.

Arg, ¡Te maldigo, Heinlein!

Así termina el presente reporte sobre mi primer día, a grosso modo, en esta realidad alterna. Yo, Lisa Loud, me despido.

Detuvo la grabación, archivándola en la carpeta recién creada con el nombre de «BITÁCORA». Se dejó caer en la silla giratoria, aspirando el aire esterilizado de su búnker, pensando en la información que acababa de verter en su reciente reporte y en la que no dejaba entrever.

Estaba calmada, sí, dentro de lo que cabía en su situación. Estaba lejos de un ataque de pánico, pero también lo estaba de uno de absoluta confianza. El tono monocorde en que se había expresado ocultaba mucho de eso, así como encubre su preocupación respecto a su disponibilidad de recursos.

La energía del generador bastaba para suplir a su hogar y media Royal Woods por más de seis meses, pero la energía necesaria para una nueva tentativa de Piedra Angular era mayor a eso. Considerablemente mayor, no había modos plausibles de obtenerla a corto plazo. A largo plazo tal vez, pero no quería pensar en eso.

Hay varias incógnitas en su situación y una era alarmante. La Piedra Angular se había desvanecido de su casa a algún lugar desconocido. Si las consecuencias que pudiera tener la aparición de algo así en cualquier universo eran incontables, el otro escenario que podía surgir era mucho más perjudicial: La Piedra Angular podría estar aún en funcionamiento, mejor dicho, en malfuncionamiento, accionándose sola.

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