LOUDVERSE

Casualidad: Lisa

Notas iniciales y finales de

Luiska1210

Otra vez buenas noches señoras y señores del Fandom de TLH, ¿Cómo andan? ¿Bien? Espero que sí. Como se los dije anteriormente, les doy un millón de gracias por el apoyo que le han brindado a este fic, en especial porque con solo 2 capítulos ya lleva más de 40 reviews y casi mil visitas, lo que es toda una proeza que solo se pudo lograr gracias a la colaboración de todos ustedes ;D

Ahora bien, este tercer capítulo también fue escrito por Wielmeher y yo casi no cambié nada haciendo solo una que otra leve corrección así que ya saben a quién darle las gracias si esto les gusta como los anteriores, pero, ¿Será un capítulo de intriga como el de Lincoln? ¿O uno de horror como el de Lucy? Pues descúbranlo ahora mismo.

—Efectivamente, doctor Andrés —contestó la pequeña científica a uno de sus interlocutores de la videoconferencia que tenía lugar en su cuarto—, la puesta en marcha del proyecto iniciará sin contratiempos y terminará igualmente, sin fallos colaterales. Pueden depositar su confianza en mi persona.

—Doctora Loud —habló otro de los interlocutores—, no va a negarnos que, aunque su proyecto suene ciertamente prometedor, los antecedentes de tentativas pasadas de investigación práctica inter-dimensional por su parte han resultado en numerosos fallos, algunos de ellos con daños colaterales de valor superior a la catástrofe del Challenger.

—No negaré sus reticencias al respecto, doctor Jugger, pero puedo asegurarle que, en esta ocasión, las probabilidades de error han sido reducidas a la práctica nulidad.

—¿A través de cuáles medios?

—Espero que usted recuerde mis anteriores avances en el campo de la electrónica cuántica, doctor Cristian. Por el uso de varios procesadores cuánticos he logrado reducir los valores entrópicos hasta su punto más bajo, lo cual me permite garantizar que el transcurso del experimento será exitoso.

—Yo aún tengo mis reservas respecto a cualquier intentona suya de investigar el, supuesto, multiverso, doctora Loud.

—Doctor Wiel, sus dudas ante mis avances científicos son vox populi en la comunidad científica. Conozco sus habituales recelos hacia mi persona por razones infundadas y endebles, por lo que procuraré la mayor brevedad posible en mi respuesta: cállese, Homo habilis. Lo mismo para todos ustedes, doctores.

Con tales palabras, terminó la videoconferencia con aquella caterva de mentes temerosas como monjes flagelantes. A Lisa Loud siempre le provocaba una irritación bastante molesta en sus emociones y ego cada duda y absurda muestra de suspicacia por sus investigaciones y teorías. Así había sido cuando presentó su diseño de un generador de energía eléctrica capaz de abastecer toda la Costa Oeste a base de combustible tan orgánico como las heces fecales humanas, o sus bitácoras de investigación con las evidencias de que, con los medios y técnicas apropiadas, era posible la creación de una forma de vida a partir de la materia inerte, como su espécimen Basu.

A veces la comunidad catedrática asemejaba más un tribunal de inquisición conformado por supersticiosos cobardes que una unión de mentes intelectuales, con sus inquietudes elevadas por el conocimiento y sus aplicaciones.

Pero eso iba a cambiar, pensó mientras se ataviaba en el traje de seguridad hecho ex profeso para el experimento; ese día iba a demostrar que sus teorías respecto a la existencia de un multiverso conformado por realidades infinitas, con sus mundos y civilizaciones y fenómenos particulares, eran ciertas.

Una vez enfundada en su vestimenta protectora se encaminó escaleras abajo al sótano, donde reposaba su máquina valiosa. Descendió los escalones de madera, observando los retratos familiares de sus unidades parentales y fraternas instalados en la pared.