Hipocresía

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Su cuerpo tembló mientras sus manos sudaban en frío, no entendía la razón por la cual se sentía así tan nervioso. Cerró sus ojos tratando de calmarse, un fuerte suspiro salió de sus resecos labios y nuevamente abrió sus ojos mirando la puerta blanca frente a él. No entendía el porqué se sentía de esa manera, nunca antes había sentido o experimentado aquello ni mucho menos hacer lo que estaba apunto de hacer.

Su vista se enfocó en el timbre de la casa, su mano se levantó instintivamente para tocarlo pero su dedo nunca tocó el botón, solo se quedó en el aire.

—Esto es ridículo... —murmuró sintiéndose un completo idiota bajando su mano en un puño. Él es un villano y no solo eso, es el líder de la liga de villanos; no tenía porque ir a visitar a un mocoso que simplemente le sonrió queriendo ser su amigo. Era un villano y el...—. No tengo tiempo para esto.

Dispuesto a irse giró sobre sus talones cuando al dar el primer paso pudo escuchar como la puerta se abrió frenando todo movimiento. Un enorme silencio inundó el lugar a lo que el solo pudo morderse el labio con fuerza.

—Buenas tardes, ¿puedo ayudarlo en algo? —escuchó una voz increíblemente dulce y tranquila de mujer.

Se maldijo mentalmente por no salir de ese lugar tan rápido como vino y nuevamente giro a paso lento, cuando estuvo frente a la mujer ella se sobresalto por la apariencia un poco descuidada del chico pero Shigaraki no lo vio así por lo que solamente miró hacia sus lados.

—Esta... —murmuró bajo para después carraspear y esbozar una gran sonrisa—. Esta Izuku Midoriya.

La mujer de cabellos verdosos al escucharlo sonrió abiertamente.

—Oh, tu debes ser Tenko Shimura. Pasa por favor. —ella se hizo a un lado y lo invito a entrar, Shigaraki dudando la miro y ella río sutilmente—. Veo que eres tímido, tranquilo no tengas miedo.

Tomura bufó en silencio:—Entre usted y yo, la que debería tener miedo es usted porque no sabe a qué clase de personas está dejando entrar a su hogar.

Después de darle la espalda, su semblante volvió al de siempre, neutro. Shigaraki al pisar aquel departamento pudo notar lo diferente que era a su hogar, no sólo el ambiente sino la energía, los colores; todo se veía tan vivo excepto por una cosa.

—Siéntate cariño, ¿quieres algo de tomar? —pregunto dirigiéndose a la cocina pero el menor se negó y agradeció el gesto para no parecer un mal agradecido delante de la madre del pecoso. Ella por su parte suspiro y acomodo la silla para sentarse frente al chico—. Izuku me ha contado mucho sobre ti, —Shigaraki alzó su mirada mirándola directamente a los ojos, una sonrisa salió de los labios de la mayor— él te ve como un gran amigo. Te siente un gran cariño ¡Oh! Ni siquiera me he presentado que tonta, soy Inko Midoriya, madre de Izuku.

Tomura agacho un poco la cabeza en señal de reverencia, dejando que sus largos cabellos tocaran sus mejillas por un corto momento su mirada se enfocó en una silueta que provenía del segundo piso y sus rubíes ojos perecieron brillar en ese instante al ver esos pequeños rizos moviéndose con suavidad, esas pequeñas pecas que parecían un cielo estrellado en sus mejillas y nariz, sobre todo sus hermosos ojos que brillaban como esmeraldas.

Izuku quien después de terminar con sus responsabilidades fue a echar un vistazo por las escaleras ya que su mamá parecía estar hablando sola, al salir del corredor se topo con la mirada de Tenko que al parecer ya lo estaba esperando. Una gran sonrisa se formó en sus labios bajando la escalera tan rápido como pudo y al pisar el último escalón sus pies se tropezaron entre sí cayendo de rodillas al suelo.

—¡Cariño! —Inko se aproximó a ayudar a su hijo pero el se levantó al instante. Shigaraki sólo veía la escena algo confundido, agacho su cabeza para cubrir con su cabello una sutil sonrisa por lo tonto del momento.

Días de Felicidad ||ShigaDeku||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora