▪Who Is The Killer ?▪MYG ✔ [EDITANDO]

08 [Editado]

— Señor, todo se encuentra listo para esta noche — aquella voz llegó a oídos del jefe, quien miraba atentamente el arma entre sus manos, llamando así, la atención del más joven — ¿Se encuentra usted bien?

— Perfectamente — murmuró audible para el menor mientras sonreía.

— Parece pensativo y un poco, ¿preocupado? — sus oscuros orbed se posaron molestos en el chico que ahora se arrepentía realizando una reverencia — Pero no entiendo el por qué hará esto, la señorita Eun Ji no tiene ningún lazo con esa familia.

— No tienes, ni debes de entender nada — soltó dejando a un lado su arma y alzar sus cejas ante el recuerdo del señorita en la voz del joven — Sólo dejaré en claro que mi juego no ha acabado, sino que está por comenzar.

Y sonrió, teniendo en mente el largo sufrimiento que le esperaba a aquel indefenso cuerpo.

                          [•••]

Sus piernas se cruzaron entre sí, dejando caer sus pálidos brazos en aquel  gran sofá, a la vez que una sonrisa de lado comenzaba a surcar en sus labios, mientras que las personas delante de él, lo analizaban sin entender.

— Buenas noches — susurró aquella ronca voz borrando su sonrisa, para pasar su lengua lentamente sobre sus labios.

— ¿Quién eres? Le recomiendo que se vaya antes de que llame a la policía — sus palabras quedaron en el aire al ser interrumpido por las carcajadas del pelinegro que negaba en el momento — ¡No estoy para bromas niño!

Y sus carcajadas sesaron.

— Se dice buenas noches — murmuró cruzando sus brazos — Pero yo no estoy para presentaciones, el tiempo es oro.

Su cuerpo se levantó de aquel sofá, quedando cara a cara con la señora, siendo una bofetada de regalo de parte de ella, haciendo bufar al joven ante la nerviosa mirada que le dedicaban.

— Has cometido un gran error — susurró lentamente en su oído, sin dejar un segundo de por medio dejó encajar un cuchillo en el mismo, ignorando los gritos de la mujer y la asombrada mirada del hombre — Necesitábamos un poco de diversión, ¿no crees?

Y sonrió esperando respuesta del señor. Teniendo una respuesta inesperada de parte del mayor, el cual se lanzó encima suyo, logrando esquivarlos y colocarlo boca abajo en el suelo.

— Vaya, pensé que correrías hacia ti esposa en vez de mí — comentó dejándose caer encima del señor.

— Sólo dinos que diablos quieres y dejenos en paz — sollozó su esposa al fondo — Por favor.

— Lamento informarles que esa palabra no entra en mi diccionario, además...la diversión acaba de comenzar y no puedo perdermela — sonrió dejando salir un disparo directo a la pierna del hombre bajo suyo.

— ¡Ya dejalo! — gritó dirigiéndose al joven — No permitiré que destruyas a mi fa — pero lamentablemente sus palabras quedaron en el aire y con un hoyo en su frente.

Había muerto, y eso no era para nada divertido.

— Menos palabras y más acción, ¿no crees señor? — sus ojos detectaron las lágrimas en el viejo, haciéndole rodar sus ojos — Basta de lloriqueos, bastante viejo está para eso.

Otro disparo impactó en su otra pierna, dejándolo inmóvil y tomar entre sus manos el cuerpo inerte de la esposa.

— La fiesta está comenzando a ser aburrida — comentó dejándose caer contra la pared y sujetar con una mano el cadáver.

— ¿Qué hará con ella?

Sus cejas se alzaron con una sonrisa.

— ¿No es obvio? Vamos a divertirnos señor — los puños ajenos se apretaron entre sí, siendo entretenido a los ojos del menor — ¿O prefiere que le comente sobre su hija?

Su cabeza se alzó con rapidez, causándole satisfacción al pelinegro ante su repentino interés.

— Fuiste tú el desgraciado, eres un maldito bastardo — se levantó pero cayó en el intento, al dispararle por tercera vez — Has sacrificado la vida de una joven, por placer. Eres un cabrón, juro que te arrepentirás de tus actos.

— ¿En serio? Sabe, eso mismo me dijo su hija. Disfruté cada minuto de su tortura como mismo lo haré con la suya, lástima que su esposa no supo mantener la boca cerrada y no podrá disfrutarlo junto a nosotros — negó levantando ambos hombros.

Sus manos dejaron caer el cuerpo al piso, dejando un sonido en seco ante el impacto de este con el suelo y detallar la intensa mirada del hombre sobre el cadáver de su esposa.

—  Bastante la has admirado en tu vida viejo, no sé que le ves. Es sólo una mujer más.

— Supongo que nunca supo ni sabrá lo que es amor — sonrió de lado — Me apuesto mi vida a que nunca creció con una familia, a que nunca recibió el afecto de nadie, ya que es un maldito cabrón que no tiene corazón — gritó sin dejar de sonreír.

Pero habían sido ellos quienes le habían quitado todo aquellos con lo que una vez de niño soñó.

— Bien apostado — y sus últimas balas quedaron incrustadas en el pecho del señor, tirando su arma al suelo y atender la llamada entrante.

— ¿Qué?

— Señor, la señorita Eun Ji...

— Deja el drama y acaba de hablar.

— Pues sus padres decidieron mandarla a un manicomio.

— ¿Tan rápido se cansaron de ella?, me lo imaginé de su padre.

— Señor, ¿pero dejará que se vaya así como si nada?

— ¿Te crees que esto es una serie romántica, donde el chico tiene que recuperar a su amor? Eres estúpido.

— Lo siento señor.

— La conozco perfectamente y se que ella no se quedará tranquila sabiendo a donde irá. Ya terminé mi trabajo aquí, encargate de los estúpidos padre de Lia, debo de resolver otro asunto.

— Por supuesto señor, ya estamos en camino.

Colgó la llamada mientras un cigarrillo adornaba sus labios, dejando caer sus manos en los bolsillos de su pantalón y retirarse del lugar, dejando atrás una escena perturbadora.

Pero la vida a veces estaba de su lado, porque le habían dado tres regalos en vez de dos.

— La presa yendo por sí sola hacia el cazador — murmuró divertido al verla bajar su cabeza, sabiendo las intenciones que corrían por su mente — Por fin nos encontramos...mi pequeña Kwon Eun Ji.

25/08/22 – Editado.