❝𝗘𝗫𝗖𝗨𝗦𝗘 𝗠𝗘❞ ¦ 𝗠𝗶𝗛𝘆𝘂𝗻. ✓

🥀┆𝟬𝟮

⌗ Nada sirvió.

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-¿Estás segura de esto? - preguntó Jihyo por novena vez, dirigiéndose a su nerviosa amiga.

-Por su puesto que estoy segura, anhelo que Dahyun sea mi esposa. -confirmó nerviosa la rubia, esas palabras le causaban nervios y a la vez una paz armoniosa en su interior.

Después de años de ser novias y algunos conflictos de por medio, Mina, por fin se atrevería a pedirle matrimonio a Dahyun.

Jihyo reviso la hora en su reloj de muñeca.

- Ya no tardan en llegar, Sana me dijo que Dahyun está muy preocupada por ti. - comentó la azabache.

-Sí, lo se, fue mala idea haber desaparecido por días... Pero si la veía era capaz de echar a perder la noticia y fue muy difícil conseguir todo. -se justificó Myoui haciendo un ligero puchero.

-Antes de todo, quiero decirte que si te rechaza que espero no sea el caso, siempre tendrás mi apoyo incondicional.

Mina tenia ganas de llorar, Jihyo siempre había sido en cupido en su relación con Dahyun y ni hablar de Sana, que era la mejor amiga de Kim. La rubia recuerda todas las amenazas qué recibió de Sana, durante su noviazgo y aunque eran bromas , Mina no iba a comprobar si eran ciertas, si algo le llegaba a pasar a Dahyun, Minatozaki era capaz de matar a Mina.

La campana de la cafetería sonó y Mina sabia que había llegado el momento. Salio de su escondite y fue hasta Dahyun que iba con los ojos vendados y sujetando fuertemente a Sana. La castaña se alejo lentamente de su amiga.

-Te estaré vigilando Myoui. -amenazó Sana con la voz tan baja como pudo.

Mina solo asintió y espero que Sana se fuera atrás de la barra. No tenia sentido de que se fuera por que ya sabía lo que sucedería

Quitó la venda qué cubría los ojos de su novia y tal vez su futura esposa.
Tan pronto como Dahyun se quito la venda, quedo encantada con el lugar. Y el hecho de que el sitio estuviese casi solitario lo hacía más encantador. Ahí se conocieron, las ventanas, el tapiz y sobretodo la mesa del fondo, habían sido testigo del amor que fue creciendo entre ellas.

Mina aprovecho lo distraída que estaba Dahyun, para arrodillarse frente a ella. Volteó hacia la barra y Jihyo como también Sana levantaban su pulgar en señal de aprobación.

Con las manos temblorosas y sudorosas, saco la pequeña caja de su pantalón. Tosio para llamar la atención de su novia y al parecer ahí fue cuando la linda dama se dio cuenta de su presencia.

Dahyun abrió los ojos y al parecer no podía completar las palabras.

-Tú... Dime que no es lo que pienso. - murmuro Kim titubeante y con unas lagrimas amenazando salir.

-Dahyun, yo se que no es necesario nada de esto por que se que me amas como yo a ti, pero quiero hacer una excepción; este lugar acogio nuestro amor desde la primera vez que nos vimos, ¿lo recuerdas? -hizo una pausa breve. -Te tire mi deliciosa malteada encima de tu costoso vestido, Sana me quería matar, pero Jihyo la detuvo, tu solo reías levemente y no recuerdo quien de las dos estaba más sonrojada. Tu familia sigue sin aceptarme, pero sin embargo tu me elegiste y me enseñaste lo bien que se siente amar, pero sobretodo lo bien que se siente tenerte a mi lado. Tenia una discurso entero, me costó unos meses prepararlo, por que ni mil palabras son suficientes para demostrarte todo lo que me provocas. Pero se me acaba de olvidar. -rió tiernamente. - No estaba segura de hacerlo, no pierdo nada con intentarlo, supongo... Y si no me aceptas, Sana me amenazó de muerte si no te casas conmigo, así que si encuentras mi cuerpo sin vida que quedé en tu conciencia. -ambas voltearon hacia Sana qué solo alzó los hombros. - Kim Dahyun y si aceptas, de Myoui, ¿Me harías el honor de ser mi esposa, la madre de mi hijos, la mujer con la que quiero despertar día a día ? - levantó la tapa de la caja de terciopelo y una preciosa sortija quedó al descubierto. Oro blanco con un pequeño diamante, parecía ser el mejor regalo para Dahyun y no por lo material. Si no por que estaba dando un gran paso.