SIN EDITAR
El olor a navidad, chocolate caliente y galletas de jengibre está en el aire. Es el tiempo perfecto para abrigarse y estar al lado de seres queridos. Pero no para ellos, quienes se sienten tan solos que la compañía del otro puede resultar...
Universo alternativo: Adolescentes Segunda parte de luces de navidad
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Hinata observa su reflejo en el espejo por tercera vez y suspira.
Ese día era el último en el que tendría que ir a la preparatoria antes de salir de vacaciones por navidad. Le encantaba ir a la escuela, pero, precisamente hoy, no tenía ganas de asistir. Se sentía desganada y tenía un revoltijo en su cabeza y corazón.
Toma las tijeras del cajón y las dirige a su cabello. Su mano tiembla, pero no retrocede.
Corta un mechón, luego otro, y otro... Hasta que termina por dejarlo hasta la altura de los hombros. No ha quedado completamente derecho, pero no es algo que le moleste. Le gusta como se ve y sonríe al ver su propio reflejo.
De alguna manera logra sentirse un poco más libre, casi con el poder de decir cualquier cosa.
Esa era la magia de la que todo el mundo hablaba.
Después de eso, sus ánimos se renuevan y entra a la ducha. Cuando termina, cepilla su cabello y se arregla para ir a clases.
En su armario ha guardado durante mucho tiempo un suéter de cuello alto que nunca se atrevió a usar porque le queda demasiado ajustado al cuerpo, pero siempre le pareció tan bonito que era una pena no usarlo. Ignora sus inseguridades y lo coge.
Es como si fuera capaz de lograr todo.
Recoge su mochila y se marcha a la escuela.
Al cabo de un rato, llega y aunque se siente distinta, sigue con esa manía de entrar sigilosa para no ser descubierta.
En el camino a su salón, se encuentra con su amigo Kiba, quién no deja de observarla y parece que quisiera decir algo, sin atreverse realmente.
—¿Sucede algo, Kiba-kun?
—N-nada, es solo que te ves distinta.
Ella se sonroja un poco y asiente.
—Me corté el cabello —confirma ante su pensamiento.
—Eso lo sé —dice—. Me gusta, te ves linda.
Hinata ríe por el nerviosismo de su amigo.
—Gracias, Kiba-kun.
Caminan hasta llegar a su aula y se dirigen a su asiento. La primera clase es química, quién es impartida por el profesor Asuma y como suelen trabajar en parejas, ella se sienta junto a Sasuke.
—B-buenos días, Sasuke-kun —le saluda con una sonrisa.
Él la mira de reojo, se retira los auriculares y le devuelve el saludo con un asentimiento de cabeza.
