IV

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Félicie se mira al espejo, faltaba una hora y media según Odette, para que la fiesta navideña en casa de Camile empiece. Su vestido largo y sencillo, de un color azul oscuro realza el color de su cabello rojo.

Unos guantes blancos, largos, reposan en la mesa de su peinadora, en espera igual que ella.

Tres golpes a la puerta captan su atención. Odette entra con un bello vestido color violeta, además con el cabello suelto a los costados de su cuello.

—Te ves hermosa Odette—comenta Félicie con una agradable sonrisa.

—Gracias—dice sincera con su tímida sonrisa—. Tú también te ves muy hermosa.

—Gracias—dice tomando los extremos de su  vestido inclinándose en una leve reverencia.

Ambas se quedan hablando un rato en la habitación. Mérante sube a buscarlas cuando quedan sólo minutos para que el pequeño evento empiece. Se encuentra a las dos riendo, al parecer de una interesante historia, las interrumpe alegando que van tarde.

Los tres llegan a la casa de Camile, varios invitados van pasando entre pláticas y saludos. A dentro, un hombre les pidió sus abrigos e implementos. Amigos de Mérante y Odette saludan apenas entran al salón principal, de esta forma los mayores se separan de Félicie.

Ella buscando algún conocido con la mirada, pasa sus manos detrás de su espalda, reservada. Reconoce a Rudolph que desde el año pasado no lo veía. Algunos conocidos de la escuela de ballet la saludan al pasar, ella corresponde cortés en una leve reverencia.

—¡Félicie, me alegra que hayas venido!—dice Camile como una alegre anfitriona, con elegancia viste bonito vestido verde agua con detalles rosado.

A su lado, su madre con un semblante altivo, pretende sonreír con dulzura hacia la pelirroja. Félicie se encoge haciendo una reverencia a ambas.

—Gracias por la invitación—dice con cortesía.

—Si, de nada...—reponde la mujer—Por cierto ¿Dónde está tu amigo inventor?

—Aún no lo sé—dice cohibida, desviando la mirada.

—Bueno, espero que no hagan un desatre—dice Régine Le Haut antes de retirarse y conversar con otros invitados.

—Lo siento, aún se está acostumbrado al cambio—comenta Camile con cierto recelo en su voz, por la actitud de su madre.

—No te preocupes—mueve la mano restándole importancia, luego soba su hombro pensativa.

—Bueno yo debo saludar a los invitados junto a mi madre—suelta un suspiro de fastidio—Nos veríamos cuando termine ¿Te parece?

Félicie asiente, antes de que Camile tome rumbo junto a su madre. Ella se queda mirando el salón sin nada que hacer, su sentido le pide bailar, pero no hay música a su alrededor como para hacerlo. Y sí, ha bailado sin música en muchas ocasiones, pero nunca sola. Siempre está él apoyando en sus bailes improvisados.

—¿Por qué Víctor no llega?—se pregunta esperando una respuesta. Camina entre salas sin salir al patio.

Pasa por un lado de Rudolph, pero este se encuentra tan distraído posando para algunas niñas, que no se da cuenta que Félicie lo saluda.

Aburrida busca donde sentarse, esperando para ver si se acaba la reunión. Esto no era lo que ella estaba esperando.

Escrito el 22/12/2020 04:12 a 07:02 pm.

Baile navideñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora