VI

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Víctor se baja de la carreta agradeciéndole al hombre y deseándole una  feliz navidad. Corre hacia la casa de Camile cuando recuerda algo importante que se encuentra en el taller, sale corriendo hacia el lado contrario en busca de aquello.

Félicie habla con Camile con un semblante apagado, le preocupa que su amigo no haya llegado, pese a eso intenta pasarla bien con su amiga. Una cantante importante empieza a cantar una canción navideña, las parejas se van acercando al centro bailando despacio, unos junto a otros.

De la fiesta se van retirando algunos invitados, ya casi era media noche. Víctor entra corriendo, se quita los guantes y se lo lanza al hombre sin mirar, pasa como un rayo entre las personas que se le interponen, divisa a lo lejos un reconocible cabello rojo. Se acerca hasta tomarla del hombro.

—¡Víctor!—dice con alegría, como si se le hubiera regresado un alma al cuerpo. El chico frente a ella jadea exhausto por tanta corredera, pero todo valió la pena cuando ella le da un abrazo.

—Félicie, tengo esto para tí—muestra una sonrisa de lado sacando una cajita muy similar a la de ella.

—Víctor no debiste, lo único que quería era que llegaras—dice con una sonrisa tímida, el castaño se sonroja ilusionado—Yo no te traje nada, no podría aceptarlo.

—Sólo abrelo—comenta restándole importancia.

La pelirroja asiente y abre la cajita, una linda melodía empieza a sonar, dentro de la caja una pareja bailando, dando vueltas al ritmo de la música, a simple vista los muñecos muestran características muy parecidas a ellos dos, una joven pelirroja con sus manos sobre los hombros de un castaño peculiar. Suelta una risa al pensar en ese detalle. Toma a su amigo por los hombros dando vueltas como sus pequeñas contrapartes, ambos rieron al ritmo de la cajita musical.

Los demás invitados siguen abandonando el lugar. Camile mira a su amiga con una sonrisa al ver que se estaba divirtiendo de verdad. Odette y Mérante pensaron en irse, mas sus planes se interrumpen al ver a los dos amigos sumergidos en su mundo, así que por un rato más ahí no pasará nada.

Siguieron su baile, la verdad Víctor mejoró aquel día en su patio, aunque eso no significa que sea un buen bailarín, todavía. Félicie sonríe feliz de pasar una navidad diferente y mínimamente le quiso agradece a su mejor amigo de toda la vida con algo.

Víctor le da una vuelta, haciendo que la pelirroja regrese a la realidad, en ese momento supo que le daría. Lo detiene un segundo, acerca su rostro al de él y le da un corto beso en los labios. Víctor queda sorprendido, toda su vida esperando ese momento y justo en ese instante no estaba preparado.

Con una sonrisa de oreja a oreja y un sonrojo notorio la abraza, es el mejor regalo que pudo haber recibido. Félicie le regresa el abrazo con cariño. Es el baile navideño
más encantador que pueda recordar en toda su vida.

Escrito el 22/12/2020 08:18 a 09:28 pm

Baile navideñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora