Capítulo 4: Adiós.

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La discusión fue subiendo de tono y las miradas de odio era lo que abundaba.

—¡Chicas, por favor parad! —gritó Nathaniel golpeando la mesa con sus puños. Al ver como se acusaban unos a otros de ser asesinos le despertó un gran sentimiento de miedo ¿Así sería estar aquí hasta que el impostor salga? ¿Entre tensión, acusaciones y desconfianza? —¡Todos estamos dolidos, lo sé! Todos queremos que salga el culpable ¡Eso también lo sé! ¡Pero así no llegamos a ningún lado!

Todos dejaron de discutir bajando la cabeza avergonzados. Sus dos amigos murieron y ellos en vez de tratar de descubrir la impostor, estaban acusando se entre si.

—Nathaniel tiene razón, no deberíamos discutir sino saber quién es el impostor para poder salir de aquí —dijo Rose en voz baja volviendo a sentarse. Todos los que estaban levantados imitaron su acción aún con el ceño fruncido, sintiendo miedo, frustración pero sobre todo una impotencia abrasadora

—Os juro que cuando salgamos de aquí... —murmuró Alia —no vuelvo a jugar a Amoung Us en mi puta vida —dijo Alia mientras apretaba los puños con furia contenida.

—Igual —coincidieron todos.

—Vale...primero que nada Max —Marinette se dirigió a el que exclamo sorprendido —¿tu que estabas haciendo cuando Kim y Nino se fueron?

—Destruyendo asteroides —contestó Max con simpleza sabiendo que era lo que venía.

—Adrian y Alia ¿Vosotros que hacíais cuando me dejasteis sola en la sala de scanner? —preguntó Marinette.

—Buscando un scanner que funcionara —respondió Adrián.

—¿Lila y Nathaniel?

—Con los archivos —respondieron al unísono.

—¿Cloe y Sabrina?

—La tarjeta —respondió Sabrina.

—¿Iván y Milene?

—Regando las plantas

Marinette suspiró, ella era la que tenía que tomar la iniciativa, no podía vacilar a la hora de encontrar al impostor.

Los tripulantes escuchaban con atención lo que decía la azabache. A pesar de ya saber lo que proseguía.

Algo subió por su garganta y sus ganas de vomitar volvieron nuevamente por lo que inhaló aire lentamente para calmar un poco los rápidos latidos de su corazón ya que sentía como si se fuera a salir de su pecho.

—Ahora van las votaciones —dijo con amargura — Si el acusado llega a ser el impostor...ojalá se muera lenta y dolorosamente, pero si nos equivocamos...descansa en paz.

Esas palabras le cayeron a todos como balde de agua fría, si cometían un error estarían echando a uno de sus amigos, condenándolo a una muerte en soledad y agonía.

—Votaciones en 3...2...1...

Todos apuntaban a un mismo individuo con las manos firmes y las ideas claras;

Max.

—¿Que? —se alarmó Max levantándose agresivamente —¡Esto es ridí...!

—Lo siento Max, la decisión ya está tomada —iban a agarrar a Max pero este corrió hasta una esquina pegándose lo más que podía buscando alguna clase de salida.

—¡Estáis cometiendo un error! ¡Yo estaba destruyendo asteroides! —exclamo con desesperación.

—¿Me estás diciendo que te quedaste tu solo destruyendo asteroides mientras que tus compañeros se iban? ¿El verdadero Max sería tan tonto? —Max puso cara de disgusto —¡El verdadero Max es un miedoso y cuando se enterara de que lo iban a dejar solo hubiera insistido en ir con ellos, o en que ellos se quedaran! —exclamó Alia.

Amoung Us [Miraculos Ladybug]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora