Capítulo 37: Secuelas.

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Fanny se apresura para llegar a la escuela, va hablando por teléfono con Kenia.

Fanny: Si, ya te dije que estaré ahí a las 6, no se porque dudas de mi, saliendo de la escuela me iré directo a la plaza...

Kenia: ¡Está bien! Nos vemos...

Fanny: De hecho...

—¡Cuidado!—grita un joven que ve pasar a Fanny.

Solo se escucha el pitido de un auto y Fanny es arrollada y cae al suelo. Por suerte el vehículo apenas arrancaba y no llevaba demasiada velocidad.

—Estupido...—dice Fanny mientras coloca sus manos en su rodilla derecha.

—¿Estas bien?—pregunta un chico qué pasa por ahí.

El conductor del auto se baja. —¡¿Qué te pasa?! El semáforo está en verde, señal que yo tengo El Paso...—dice mientras se acerca a ella y se agacha para revisar su rodilla.

—Me distraje, fue mi culpa...—responde Fanny mientras toma su teléfono e intenta levantarse.

—¿Estas bien?—pregunta el conductor mientras le extiende su mano.

—Creo que puedo caminar, solo me duele la rodilla, pero estoy bien—contesta Fanny mientras renquea disimuladamente.

—No, debo llevarte a la clínica—responde el chico mientras le pide que se apoye en el y la ayuda a entrar al auto.

Algunas personas que pasaban por la la calle tomaban fotos y otros husmean y ven como el trafico se acumula.

El auto arranca y se dirigen a una clínica que está a unos minutos de ahí.

—Esto no hubiera pasado si no fueras apresurada hablando por teléfono, ¿no iba a alta velocidad pero si no hubiese sido así?—comenta el chico mientras conduce hasta la clínica Ángeles.

—Ya guarda silencio por favor y llévame a la clínica, le llamaré a mis padres cuando esté ahí. Por tu culpa no pude llegar a la escuela...—responde Fanny mientras se masajea su rodilla.

Ríe. —mujeres...—agrega el chico.

Finalmente llegan a la clínica y rápidamente Fanny es atendida. En cuestión de minutos revisan la rodilla y solo hay moretones.

—Es una lesión en la rodilla, te dificultará caminar por una semana, pero sanará. Da gracias que no fue peor... te colocaré un inmovilizador de rodilla, solo debes traerlo por una semana—agrega el doctor mientras le entrega unas pastillas para el dolor y receta.

El chico que acompaña a Fanny se ofrece a pagar la consulta y pastillas. Al mismo tiempo que el paga llega el padre de Fanny.

—¿Fanny, estás bien?—pregunta el padre mientras la ve que renquea y estira su pierna para que le coloquen el inmovilizador.

—Mírame, ¿tú que crees?—responde molesta.

Su padre bufa y se acerca al chico para agradecer la atención que le dio a Fanny, también intenta reembolsar el dinero que el gasto, pero el chico se niega y se retira. Solo sonríe y se despide de Fanny.

Jugando a cambiar de cuerpos / TGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora