Día 3
Tema: Miedo-¿Cómo está ella? - preguntó Hanji al doctor Jaegar.
-Bien, pero el estrés y la impresión le han dado algo de temperatura...Suele pasar, no se preocupe. Las emociones fuertes a veces pueden alterar demasiado al cuerpo- miró hacia atrás el cuerpo de su protegida, pálida y temblorosa - La seguiré revisando. Las siguientes horas.
Salió de la habitación y dejó a Hanji junto a Petra. Le pidió disculpas al señor Reiss y a las señoritas, vio que su hijo iba a entrar al cuarto.
-No quiere verte - le dijo el señor Jaegar.
-Necesito verla, padre.
-Es mi paciente ahora, como médico te pido que la respetes, y cómo tu padre te ordeno que no la molestes.
-¿Y quien decidió que la señorita Zoé puede estar cuidándola?
-Necesita alguien que la atienda con la que se sienta cómoda y la verdad yo la veo bastante capacitada para no alterarse- se llevó más lejos de las personas a su hijo -. Tu comportamiento hace poco me hace dudar que seas buena compañía para ella.
-¿Ahora tu también? te agradezco el apoyo padre.
- Zeke ¿que es lo que te sucede con el señor Ackerman? - relajó un poco su expresión. - No ha hecho amago de lastimar a Petra y para apenas conocerlo eres bastante cortante con él.
-¿Y qué hay de él? ¿O es que también vas a decir que son bromas mientras sea un inversor en el proyecto como el señor Reiss?
-Zeke, tú eres mi hijo, no él. Tus modales si son asunto mío y el comportamiento de él será problema de quienes lo criaron.
-Si no lo criaron más bien lo entrenaron...
-Aún no me has respondido a mi duda.
-¿Es que no te preocupa que él sea quien esté ahí cuando a Petra le pasa algo?
- Pero eso solo lo sabrán ellos y si Petra dice que no le hizo nada habrá que creerla.
-Por Dios santo ¿No la viste ahora? Crees que su criterio ahora sea el mejor?
-Zeke- su padre se estaba cansando - si conoces algo del señor Ackerman que yo no, quiero que me lo digas ahora.
-Me da mala espina...
-Quiero una respuesta real Zeke.
Zeke se le quedó viendo a su padre con gesto esquivo. Molesto y contrariado, con muchas palabras atoradas en la garganta que le sabían a hiel. Su padre no había sido el más cariñoso o el más divertido, lo respetaba mucho, admiraba que fuera tan dedicado a su trabajo como médico y que tras la inversión si tenía buenas intenciones con la gente del pueblo...pero de ahí confiar ciegamente en él...
¿Valía la pena decir el voz alta todas las palabras que convertirían en realidad toda una pesadilla que años atrás vacío casi por completo, frente a este hombre?
<<No puedo decírtelo padre, no creo que lo entiendas y entre más personas lo sepan, nunca se olvidará...Petra podría recordar y no es bueno que suceda. Ella es más feliz así y no me arriesgaré a tirar años de esfuerzo a que esté bien. Nuestra vida está bien así y lo estará aún mejor cuando toda evidencia real de las pesadillas se eliminen para siempre>>
-Solo...no creo que tenga buenas intenciones con Petra...no lo conocemos del todo y ella ya es bastante frágil y él se toma demasiadas libertades...
-Zeke, yo sé que quieres a Petra. Pero ella tendrá que hacer su vida en algún momento, Y tendrás que aceptarlo...
-Deberíamos llevarnos a Petra de aquí. - interrumpió.
-¿Qué?
-Creo que el ambiente, el cuerpo que encontró por aquí...no es bueno para ella y tú dijiste que los nervios podrían tenerla así.
-Está con fiebre, Zeke. No podemos movernos ahora. Tampoco me siento cómodo abusando de la generosidad del señor Reiss...pero hasta que no esté estable no podremos sacarla de aquí...ademas le cayó bien a las hermanas Reiss e incluso la invitaron a quedarse.
Le ganó a Zeke con hechos. Maldita sea y ni siquiera podía estar cerca de Petra para evitar que más cosas desagradables le sucedieran o para mantener a Levi alejado.
.
.
.
Despertó agitada por otra pesadilla gracias a Hanji que la tranquilizó lo mejor que pudo.
-Pesadilla...solo un mal sueño Petra - logró sujetarla hasta que se quedara quieta al fin.
En todo el tiempo que había compartido cuarto con Petra jamás la había visto moverse tanto entre sueños.
-Qué...yo...¿qué? - están perdida y tratando de familiarizarse con el lugar...si estaba en un cuarto de huéspedes en la casa Reiss.
-Toma esto - le sirvió un vaso de agua que bebió con avidez. - ¿Quieres cambiarte de camisón? Es que creo que este está muy sudado. - le mostró la tela húmeda de la prenda para dormir. Petra se sintió asqueada.
-Quiero tomar un baño.
-Hasta que no baje tu fiebre no puedes - Petra suspiro molesta. - Veré si al menos puedes limpiarte el sudor.
Después de consultar al doctor, pidió un cubo de agua tibia y esponjas para que Petra pudiese quitarse el sudor.
-Veré si puedo mandar a buscar nuestros baúles...necesitas al menos tus camisones
-Seria ideal - Petra se incorporó y cuando Hanji se fue comenzó con su aseo.
Se lavó la cara primero y cuando pasó la esponja por su cuello y nuca se sintió un poco más animada y relajada. Se cambió el vendaje de la mano, le dolía bastante aquella marca que quedó y no entendía la razón si había sido una herida pequeña que no abarcó toda la cicatriz en su palma. La ignoró y decidió centrarse en otras cosas. Se quitó el camisón sudado para pasarse la esponja por si cuerpo y quitar el sudor al fin. Se sentía más animada al estar limpiándose pero esperaba de vedad recuperar su ropa, pues no se sentía cómoda con el hecho de haber mojado en sudor dos camisones de Historia. Antes de continuar, fue a la puerta y la cerró con seguro para poder lavar su cuerpo con más privacidad. Ansiaba sentirse limpia y pasó la esponja de manera minuciosa por su piel retirando la transpiración, pensaba en cómo agradecer a Historia por su hospitalidad con ella, compensar al señor Jaegar por traerle tantos problemas, agradecerle al señor Ackerman su amabilidad, disculparse con Hanji por arruinarle un viaje que debía ser agradable y con el señor Reiss por todas las molestias. Se pasó la esponja por la nuca, fue relajante, relajo que se acabó cuando escucho un repiqueteó en la ventana, soltó entonces la esponja y se rodeó con el camisón sudado (ya no le importaba el asunto). Estaba furiosa por aquel entrometido que osaba molestarla mientras se lavaba...¿cómo alguien podía llegar a escalar a una ventana solo por ver a una dama en la intimidad de su cuarto? Estaba decidida a golpearlo con el candelero de mano si veía al intruso ahí. Abrió la cortina de golpe buscando a un intruso. No había nadie.
El frío viento soplaba esa noche y empujaba a los árboles a moverse y al estar cerca de la ventana hicieron ruido en el vidrio de la ventana. Suspiró aliviada y miró el paisaje.
La oscuridad de la noche había ocultado los preciosos colores otoñales de la vegetación, y entonces los árboles desnudos que parecían una parte de un idilio visual se transformaban en las sombras unas enromes y siniestras garras que crecían del suelo, que parecía que un tremendo monstruo bajo tierra quisiera escalar a la superficie labrando la tierra con sus zarpas. Su imaginación divagó un poco y se quedó frente a la ventana semidesnuda a pesar de las corrientes frías que azotaban su piel. Hubiese preferido que esa luna tan brillante y perturbadoramente blanca en ese cielo sin estrellas no estuviera, porque entonces no vería ningún paisaje tan siniestro. Un graznido sonó y la sobresaltó. Instintivamente tomó el jarrón que tenía más a la mano y se cubrió más.
Era solo un pájaro, un cuervo específicamente.
-¿Qué estoy pensando? ¿¿Cómo alguien se podría trepar por aquí? - incluso las malas intenciones no bastan para enfrentar cualquier obstáculo.
Miró hacia abajo, es fijó con más detenimiento en el muro de piedra, si había un par de relieves decorativos pero no eran suficientemente grandes para que alguien pisara firme, las rejillas que iban desde el suelo al techo cercana a la ventana eran de un material demasiado frágil para sostener a una persona por mucho tiempo (además que la humedad del frío clima las hacía resbaladizas y encima las enredaderas de flores que parecían trepar por el techo habían cubierto de espinas aquella improvisada escalera). Nulas posibilidades para algún ladrón o algún fisgón.
El Cuervo continuaba mirándola, sintió un aire de familiaridad con aquel ave.
-¿quieres esto? - mostró al animal un pedazo de pan de la bandeja casi intacta, lo desmenuzó con los dedos para darle las migas. No vio que hiciera amago de comerlas. Se fijó mejor en el aspecto de aquel ave y notó que estaba lastimado a un lado de la cabeza -¿Eres el cuervo de la fiesta? - el animal ladeó la cabeza mientras continuaba viéndola. Ella lo estudio bien, no era como otro cuervo que hubiese visto. Instintivamente extendió la mano a la cabeza del animal, éste se alejó con un saltito hacia atrás. No era algo que se esperara, otro cuervo la habría picado y se esperaba también que una jovencita ahuyentara a ese tipo de animales con mala fama y que no eran considerados bonitos por el colectivo...quizás si estaba medio mal como le habían dicho las monjas del internado. -¿te duele? - señaló el lado lastimado de la cabeza del ave, se preguntaba a su misma por qué intentaba mantener una conversación con un pájaro. Aunque le pareció verlo reaccionar ante sus palabras. Era tan extraño, pero esos pequeños ojos del ave le parecieron de repente que...tenían una mirada de humano. Aunque se recriminó lo ridícula y paranoica que estaba siendo, apretó más la tela del camisón mojado a su pecho, en un claro signo de pudor que de pronto la invadió. Cerró la ventana y la cortina y se fue decidida a terminar con su aseo de manera rápida y mirando a todos lados, como temiendo que iban a interrumpirla nuevamente. Se envolvió entre sabanas limpias al ver que ya no podía usar el camisón transpirado para dormir y no se sentía segura esperando desnuda. Intentó quedarse dormida de nuevo, pues no había otra cosa que pudiera hacer. Sentía el peso de ojos mirándola fisgonamente a pesar de no haber nada, la ansiedad le abría los ojos y le pareció imposible encontrar comodidad en la cama...necesitaba una distracción, porque dormir ya no parecía más una opción.
Llamó a la sirvienta y le preguntó por papel y carboncillo.
.
.
.
ESTÁS LEYENDO
II Rivetratrick
Fiksi PenggemarEspecial de tres días con motivo Halloween para Rivetra...para más detalles leer adentro (Tienen del 30 de octubre hasta el 01 de noviembre)