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— ✧ LONDRES, INGLATERRA. OCTUBRE, 1973. ✧ —
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cierto rubio levantó su cabeza al sentir un pequeño grito y dejó de mirar la nota que escribía para observar a su trío de amigos. la figura de freddie rodando escaleras abajo otra vez le fue visible, tal como la mirada de regaño de brian en él, a quien solo pudo enseñarle todos sus dientes en una sonrisa infantil antes de encogerse de hombros como un niño, para luego volver a lo suyo.
—¡roger!— reprendió el rizado.
el mencionado decidió ignorarlo por completo y continuar sentado sobre aquella gran roca en la que estaba tan cómodo y nervioso escribiendo una nueva nota para su chica, mientras john presionaba sus labios en una línea que reprimía una carcajada.
—¿nadie va a ayudarme?— se quejó freddie desde el suelo del sótano.
brian rodeó la gran caja que intentaban llevar al pequeño subterráneo, bajó la escalera por uno de los costados y al llegar abajo, tuvo que encorvarse ligeramente, gracias a su altura. tendiendo su mano al persa, lo incorporó hasta que estuviera de pie.
ambos suspiraron al subir los escalones y escucharon la suave risa de deacon. tal vez, tomárselo con humor era lo mejor que podían hacer porque no ayudar al baterista con sus planes amorosos, definitivamente no era una alternativa.
se giraron a verlo y pudieron notar sus siguientes acciones: roger terminó su dedicatoria, arrancó la hoja de su libreta y la dobló de forma delicada y cuidadosa.
y por último y no menos importante, besó el papel con una sonrisa.
—es raro verlo enamorado.— canturreo mercury a los otros dos testigos y estos asintieron.
—pero al menos gano tres libras por cada nota que envía, y cinco si lleva regalos.— comentó john animadamente.
—a mi no me paga.— susurró brian, frunciendo el ceño.
—privilegios.— sonrió deacon, satisfecho y haciendo un gesto de superioridad antes de ir hacia taylor.
al llegar a su lado, notó como el rubio se inquietaba ante su presencia aunque intentaba disimular. últimamente, le parecía bastante nervioso cuando se acercaba a él.
habían ocurrido un par de días desde el incidente en casa de brian, pero la verdad era que desde que faith y roger se habían reunido por primera vez, john tenía la certeza de que los sentimientos entre ellos se habían intensificado. no le molestaba, porque sabía que su hermana quería con devoción al muchacho y que este le correspondía con aquellas actitudes que nunca antes había demostrado con otra mujer.
