Sol ya está muerta, pero sigue presente entre sus amigos y familia quienes no se pueden recuperar de ese suceso. Ella ahora lo ve todo, a sus padres, su hermano, sus amigos, Matteo, a su hija... y gracias a esto se da cuenta de algo: «él no era mi perdición, yo era la suya, y la de todos, y aunque ya no esté lo seguiré siendo, pues con mi hija dejé... todo de mí»