-Izaya eres solo mio y de nadie más~ Susurraba de forma erótica el rubio ocasionando un leve sonrojo en el menor y sobre todo un escalofrío recorrer su columna vertebral, sus pelos se erizaron al sentir el contacto del miembro del mayor sobre su entrada rozando ambas partes. -nadie más te puede hacer lo que yo te hago~ Fueron las últimas palabras del rubio antes de empezar su trabajo, el menor solo lloraba, en verdad odiaba al mayor como no tiene idea, lo detestaba con el alma y esos sentimientos no cambiarían o tal vez ¿si?