AU Omegaverse. Harry, entonces, no sabe muy bien cómo terminó allí. Él navegaba con la marina en un viaje programado por su padre sobre una noche fresca. Solo sabe que lo atacan un grupo de piratas llenos de violencia cuando la luna se ocultó sobre las nubes. Él despertaría, claro, sobre la cubierta de un barco desconocido, rodeado de hombres amenazantes y un omega que parecía suave y cálido y totalmente peligroso. Tan suave. Pero él era alguien más, era más. La noche de su caída allí, el omega le arrancó su medallón que la doncella de su madre le había dado y luego se enteró que había dos de ellos y que había tal maldición por medio que hacía su cabeza marearse con idas y venidas y él conviertiéndose en quien no pensaba ser.... ¿Dónde siquiera se había metido? Ni él lo sabía, pero no esperó, tampoco, convertirse en algo. Algo referido a todo en general. Algo totalmente estúpido en cuanto al omega se referían en particular, y en su capacidad casi absurda de enredarlo en su dedo. No notó cuándo fue que perdió la mente en el océano. No se vio ignorando todo sobre lo que fue y su futuro incierto sobre el mar. Y, definitivamente, no vio al Louis calar más profundo en la piel de Harry de lo que hubiera quería permitir.