-¡A-Ayuda!- el pequeño cuerpo de un pelirosa corría desesperadamente por las calles oscuras de Seúl.- ¡Por favor que alguien...!- Sus palabras quedaron en el aire ya que su pequeño y frágil cuerpo fue tirado al suelo. -Nos hiciste correr mucho, pequeña rata.- Hablo uno de los tantos alfas mirando con hambre al pequeño chico que tenía las rodillas lastimadas y con sus ojos inyectados de miedo. Su celo había llegado y con ello alfas con malas intenciones. -P-Por favor... n-no me hagan....- sus palabras fueron interrumpidas por la mano de otro alfa quien le tapo la boca para que deje de hablar. - Hoy será una linda noche.- entonces le arrancó la remera de un fuerte tirón. Las lágrimas del indefenso Omega comenzaron a salir sin vergüenza y su cuerpo temblaba cuál gelatina. Los alfas estaban listos para comenzar con lo que tenían en mente hace un par de cuadras atrás. Pero se vieron interrumpidos por las feromonas de un nuevo alfa. Un alfa echo y derecho. - Que desastre.- Hablo sin una pizca de amabilidad- Malditos hijos de puta que no pueden controlar sus malditos instintos.- Gruño realmente cabreado y desato la guerra entre los tres alfas. Mientras que el pequeño pelirosa estaba echo un bollito en alguna parte del callejón sin ver lo que sucedía. Fecha de creación: 23/09/2020