Tres Alfas que se conocen por coincidencia... más bien, por estar destinados. Tres Alfas que esperaban a su omega, grande sorpresa fue haber encontrado algo inesperado. - ¿Yo tuve la culpa de que te cortes con un vidrio y te golpearas con el balón? - pregunta mirándome fijamente, asiento con la cabeza dudando. - No, no fue tu culpa, pensándolo bien, creo que fue tu alfa quien me habló. - su aliento roza mis labios y él hace un puchero- . Me dijo que yo soy tu alfa. - ¿Qué? - pregunta y asiento con la cabeza- Eso es... no, no puede ser. ¿Eres mi mate? - se separa y mira a Adrian- sueltalo, no siento su aroma. - No lo soltaré. - Gruñó abrazandome, mi cara queda en su cuello así que me acerco y huelo, su aroma es muy fuerte y es a tierra mojada. - ¡Mamá! - grito y ella grita un "¿Qué querés?"- ¿Cómo sabes que encuentras a tu mate? - ¿Por qué la pregunta? - veo que entra a la cocina y alza una ceja mirando a Adrian en mi regazo- La cosa se puso buena... eh, digo... - se aclara la garganta- Porque siempre pasa algo que se encuentran, que se vuelven a ver y su aroma es a tierra mojada, mayormente es así. ¿Por qué lo preguntas? Miro a Adrian y a Damen con la boca abierta, nos miramos entre los tres y mi alfa susurra. - Míos.