Todo lo que Samuel desea en el mundo es estabilidad para sí mismo y su familia; se exige día a día para lograrlo, hasta que al fin empieza a ver los frutos de su esfuerzo. Sus planes van muy bien, pero un día conoce a Catherine, una niña rica y mimada que, a diferencia de él, lo ha tenido todo en la vida y sin demasiado esfuerzo. Lo último que planea es enamorarse, pero sus propósitos, su vida, y todo su mundo terminan de cabeza ante una mirada, ante un beso. Para Catherine, él es más que un juego, más que un reto. Samuel es su vida y su todo, pero para poder estar juntos, ambos tendrán que aprender que las mentiras tienen consecuencias, y que el amor verdadero debe ser un fuego que nada pueda apagar.