Las manadas de hombres lobo han desaparecido; las nuevas naciones ignoran ese pasado. Un magnate con demasiadas ideas y mucho dinero, pensó en traer al mundo humano las fuerzas de los magníficos hombres lobo. Movió influencias para utilizar las únicas muestras de ADN que fueron encontradas en cuevas y bosques. La última partícula dio origen a un omega de raza pura, tan perfecto e inmaculado: mezcla del ADN del magnate Oh y de las muestras fósiles. Jamás pudo conseguir al alfa, por lo que dejó de lado su locura y su esposa no pudo estar más que feliz. Además, el magnate le había llevado a su esposa un lindo bebé que crecería entre los humanos.