Amy y su familia habían perdido todo. Deben volver a Sheffield como última opción, el lugar en el cual Amy había crecido. El lugar al que rogaba jamás volver. Para su buena suerte, no todo será de color gris. Allí se reencontrará con viejos amigos y hará otros nuevos. También conocerá el amor, cosa que resultaba imposible para ella. Problemas aparecerán y se verá obligada a tomar decisiones difíciles. De las cuales probablemente se arrepentirá. No había noche en la que no pensara en esos ojos marrones que le sacaban el sueño. Y todos los días, antes de dormir, siempre terminaba escribiendo en su diario las preguntas que constantemente la atormentaban: ¿Algún día lo volvería a ver? ¿Sería ya muy tarde?