Esta es una historia de desastres, dividida en fragmentos de desahogo, que ha inducido a pasear por los peores senderos de la oscuridad humana a esta alma que se marchitó y que aún sigue crepitando junto a sus deshidratados pétalos. En este terminante aliento, antes de que esta historia concluya, quiero decir que si no hubiera sido por mi último grito de desesperada liberación, hoy no estaría aquí haciendo esto, lo que más amo: escribir. Pero aquí estoy... mi sangre se ha convertido en mi tinta y la pluma entre mis dedos en la daga que usaré para cortar y dar fin a este moribundo lazo.