𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍|| -¿Por qué nadie puede saberlo? Se supone que me quieres, ¿Te avergüenzas de mi?- Solté llorando una vez más. -No digas estupideces, solo un tiempo más y se los diremos a todos- Aseguró, como llevaba haciendo desde que empezamos con esto.