Wukong siempre ha amado los duraznos, y todos los que han oído hablar de sus aventuras saben de lo que ha sido capaz para poder comer esa deliciosa fruta. Pero, ¿quién habría pensado que la razón era más profunda que una simple fruta colgando de un árbol? O bien: el olor de Macaque son duraznos. Es por eso que Macaque los odia, pero Wukong los ama. . . . Nota del autor: no editado, AÚN. Versión en inglés tiene ligeros cambios.