Tenían 17 años cuando todo cambió. Con mi voz grave y guitarra guitarra al hombro, había cautivado a millones, pero en el proceso, dejé atrás a la única persona que me amaba de verdad, sinceramente y con el alma.
La última vez que ví a Lucerys, había sido en un camerino, con los ojos de mi omega llenos de lágrimas y decepción. Después de eso, Lucerys desapareció sin dejar rastro.
Desde entonces, he recorrido el mundo, llenando estadios, interminables giras y éxitos, pero siempre con la esperanza de encontrar sus dulces ojos entre la multitud.
Cada canción, cada acorde, era una plegaria silenciosa, un grito desesperado en la oscuridad, esperando que de alguna manera, en algún lugar, Lucerys lo escuchara y volviera.
Pero el mundo es grande, y el tiempo pasa, implacable. Cinco años es mucho tiempo, y comienzo a preguntarse si aún había esperanza o si ya era demasiado tarde.
- Tu presencia era como el sol en invierno, calienta mi alma, y hace que todo cobre vida de nuevo ...
Canté los versos de mi nueva canción.
Lucerys, mi Sol.
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