Nacer con una maldición no es fácil, para nada, tener que estar sola por el simple hecho que los demás tuvieran miedo de ella era muy doloroso. Kurunuma Sawako a podido ver maldiciones desde niña, fue apodada "Sadako" por su parecido al personaje de "Ringu", tal vez no sonaba tan descabellado como pensaba. Al mudarse a Sendai para ir a su nueva secundaria se encontrará con algo nuevo, unas personas amables que la acogen en su grupo. Pero por algo está maldita, nada duraba para siempre.