- Estuviste moviendo los hilos todo el rato, me manipulaste... E-eres... Eres... Eres... TE ODIO. . . . Astrid, una chica sin gustos propios aparte de la pintura, no sabe decir que no a nadie, ni tampoco defenderse de los comentarios mordaces de sus compañeros de clase. Desea ser como la chica que tiene delante, que muestra sus gustos reales sin mentir y sin que le importe lo que los demás piensen. Rachel, la chica de delante, de pronto empieza a querer juntarse con ella, pero Astrid no entiende por qué. Sin darse cuenta, Astrid se descubre un día con capacidad para responder a las bromas hacia ella de sus hermanas y descubre que sí que tiene una personalidad propia... ¿Cómo lo supo Rachel?