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Astrid

Eran las seis y media de la mañana de un jueves. ¿Qué hacía yo despierta a esa hora? Buena pregunta.

Encendí la lamparita de mi escritorio y saqué mis apuntes de historia, muerta de sueño. Había estado mirándolos la tarde anterior, pero no me acordaba de nada. La profesora había decidido meternos algo nuevo en el examen que yo no había entendido y por eso estaba allí.

Estábamos dando el paleolítico, el neolítico y la edad de metal, a primera vista muy fácil.

Estuve "estudiando" media hora, hasta que tuve que vestirme y desayunar.

De camino al instituto, miré los mensajes del grupo de mi clase. Lo tenía silenciado porque escribían cualquier chorrada. O se mandaban vídeos entre ellos. Nunca nada relacionado con el instituto.

Entré dentro del recinto y vi subir las escaleras a alguien que conocía muy bien. Hoy llevaba el pelo negro y largo recogido en una trenza bien hecha con algunos mechones fuera. Iba vestida con un jersey color mostaza y unos vaqueros ajustados.

De pronto, me acordé de que aún no sabía si le iba a preguntar o no. Una parte de mi quería, pero la otra no estaba nada convencida. Pero, si no le preguntaba a ella, ¿A quién le iba a preguntar?

Si seguía así, no iba a poder concentrarme en el examen. Se lo tenía que preguntar a alguien hoy o mañana, porque no quería tener que escribir a nadie el fin de semana.

Entré a clase. Aún quedaban cinco minutos para que empezase la primera hora y solo había un puñado de chicos hablando en una esquina y cuatro chicas, entre las cuales estaba la que se sentaba delante.

Hacía mucho frío fuera, pero dentro del instituto se estaba muy calentito. Yo me sentaba pegada a un radiador, así que nunca tenía frío.

Me senté en mi mesa y saqué el archivador para la primera hora. De paso, miré un poco a las chicas con las que estaba hablando ella.

La primera se llamaba Anne o algo así. Era rubia con los ojos azules. Muy guapa, pero no era mala persona. Le habría pedido que se pusiese conmigo en el proyecto, pero no la conocía de nada. Además, había escuchado que ya tenía pareja.

La que estaba a la derecha de Anne era morena, con unos ojos verdes que recordaban mucho a un gato. Era bastante guapa también.

La que estaba a su lado era morena como la anterior, pero con los ojos marrones. No tengo ni idea de cómo se llamaban ninguna de las dos.

La ropa... Bueno, Anne, a pesar de que hacía mucho frío fuera iba con una camiseta de tirantes y unos pantalones super ajustados.

Las dos morenas iban más o menos normal, con sudadera y mallas.

Sonó el timbre. La profesora apareció casi al instante junto a la mitad de la clase. Cuando estuvieron todos sentados, comenzó la clase.

Hubo un pequeño percance.

Ella no paraba de girarse para mirarme.

Las primeras veces me di cuenta, pero no la miré.

Os juro que puedes poner muy nervioso a alguien haciendo esto sin decir nada. La siguiente vez que se giró la miré, tratando de buscar el chiste, pero no parecía estar burlándose de mí. Tan solo me miraba con pena e... interés.

Puede que fuesen cosas mías, pero después de esa mirada que crucé con ella no volvió a girarse. Parecía que hubiese estado esperando a que yo la mirase para dejar de hacerlo.

Se acabó la clase y todo el mundo se levantó para salir al pasillo a hablar o simplemente para hablar con la profesora. Yo estaba levantada, recogiendo mis cosas mientras le daba vueltas al asunto de las parejas cuando noté que alguien se acercaba.

Encontré mi Norte (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora