Baji Keisuke hace tiempo que no siente el cálido chorro de sangre fluyendo entre sus dedos ni la indescriptible sensación de clavar un cuchillo en la carne de alguien. Demasiado tiempo. Ha estado observando a un hombre que acecha mujeres, curioso por lo que hace con ellas. Baji nunca se había encontrado con alguien con tendencias oscuras similares, y lo que empieza como una curiosidad genuina se convierte en mucho más cuando Chifuyu le da la vuelta a la tortilla. A medida que aumenta su química, también lo hace la desconfianza. Ambos saben que no pueden confiar en un asesino, pero sus demonios internos los llaman de todos modos. Cuando la impulsividad de Chifuyu amenaza con arruinar la libertad de Baji, éste sabe que tiene que detenerlo. Chifuyu parece estar obsesionado con Senju, una mujer con la que Baji trabaja. En un esfuerzo por no tener que preocuparse de que su desaparición le traiga problemas, sigue la pista de Chifuyu mientras éste sigue a Senju a una cabaña en las montañas. Allí, en medio de una ventisca, se desvelarán secretos y se harán revelaciones, pero las posibilidades de que todos salgan con vida son escasas.