Capítulo 3

9 2 0
                                    

Llego a The Hideout, el pub que él eligió para reunirse, y lo encuentro repleto de una clientela variada. Los hombres de entre cincuenta y sesenta años se alinean en la barra, las mujeres de veinte chillan de emoción cuando una de sus amigas les trae otra ronda de chupitos, y los chicos de treinta y tantos o cuarenta y pocos beben cerveza, con los ojos rebotando de las mujeres a la televisión de la esquina.

Tras llegar al final de la barra, el camarero se acerca y pido una cerveza.

-¿Cerveza? -dice una voz detrás de mí-. Consigue algo más fuerte.

Tequila o whisky.

Es él, con una sonrisa forzada en los labios mientras asiente al hombre detrás de la barra.

El camarero vuelve a mirarme.

-Me quedo con la cerveza.

-Consígueme un Gin Tonic -dice, moviéndose a un lado para mirarme-. Así que, viniste. Para ser honesto, no pensé que aparecerías.

-Me imaginé que te vería de nuevo y que seguirías molestándome.

Él resopla.

-Claro. Puedes admitir que querías venir.

Una vez que pagamos nuestras bebidas, nos giramos y nos dirigimos simultáneamente a la cabina de la esquina que nos da una vista de casi todo el bar.

Tomo un trago mientras catalogo la habitación.

-¿Buscando una víctima?

Con el ceño fruncido, inclino la cabeza por encima del hombro y le observo.

-¿De qué estás hablando?

Se ríe, con el cuerpo relajado, antes de llevarse el vaso a los labios.

-Una mujer. Alguien a quien llevar a casa esta noche.

Mis ojos encuentran las dos mesas llenas de mujeres.

-No.

-¿Ninguna de ellas es tu tipo? -pregunta.

-En realidad no.

-Hay rubias, morenas, pelirrojas, altas, bajitas, rellenitas y delgadas.
¿Cómo es que nada de eso es tu tipo?

Vuelvo a beber un trago. ¿Cómo explicas que nadie es tu tipo porque la mayoría de la gente es normal?

-No me gustan las relaciones. No me han funcionado bien en el pasado.

-Entonces, tu tipo es temporal.

-Exactamente.

-Puedo entenderlo.

Seguro que sí.

Me siento y me muevo, ya que está demasiado cerca de mi izquierda y quiero poder verle bien. Supongo que ahora es el mejor momento para hacerle el mismo tipo de preguntas.

-¿Y tú? ¿Cuál es tu tipo? ¿Alguna de ellas?-pregunto, inclinando mi botella en dirección a las mujeres.

Sus ojos las examinan cuidadosamente.

-No estoy seguro.

Antes de que pueda preguntar nada más, se sienta y apoya el brazo en la mesa, con los ojos fijos en mí.

-Así que dijiste que no eras de aquí. ¿Por qué te mudaste a Soledad Square?

Hay demasiado interés en sus ojos.

-¿Por qué lo hiciste tú? -Le contesto.

Se encoge de hombros.

-Encontré esta ciudad por casualidad y decidí que me gustaba lo suficiente como para intentarlo.

Disfuncional ; BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora