Ethan McNearly, hijo de un borracho irlandés y de una prostituta, vivió su infancia entre ladrones y rateros. Entre asesinos y camellos. Junto a él solo permanecieron su hermana Jess y su mejor amigo, Colin. Nadie hubiese apostado un dólar por ellos, y menos por aquel pobre diablo que terminó entre rejas por un descuido. Solo que la fortuna decidió un día sonreírle. Y tal fue su suerte que en apenas diez años consiguió convertirse en uno de los principales tiburones del mundo económico neoyorquino. El dinero entonces no fue problema, a pesar de que muchos siguieron mirándole de forma despectiva. La gente le cerraba sus puertas mientras le abrían sus camas. Y aquello estaba bien. Porque Ethan McNearly tenía un plan. Un plan que haría pagar a aquellos que le hundieron en la miseria. Un plan que haría desaparecer finalmente aquellos lastres que seguían hundiendo su alma en aguas turbias y contaminadas por odio y desprecio. Andy Martínez era solo otro estudiante madrileño más. Un joven de ojos oscuros y mirada retraída que un día tuvo que ver a su padre morir, dejándolos a sus hermanos y a él enterrados en deudas. Su última esperanza: una familia a la que nunca había conocido y que vivía del otro lado del Atlántico: los Douglas. Ellos le ofrecieron cobijo y ayuda, le ofrecieron esperanzas. Y todo hubiera salido bien si sus acciones y decisiones no le hubiesen colocado justo delante de los planes de Ethan McNearly. A la venta en Amazon.