CAPITULO 4 " CINE "

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Debo reconocer que la película es divertida, no hemos parado de reír desde que comenzó. Evelyn está sentada a mi izquierda. Hay pocas personas en la sala, y no hay nadie además de nosotros en las últimas cinco filas. Bastaron pocos minutos para que hiciera mi primer movimiento.

De forma muy natural coloco mi brazo izquierdo sobre los hombros de Evelyn. A ella parece agradarle pues gira su rostro hacia mí y me dedica una sonrisa genuina.

Las palomitas  disminuyeron  poco a poco, y hacia la mitad de la función se han terminado.

-¿Quieres más palomitas o alguna otra cosa de la dulcería? – le pregunto en voz baja.

-Gracias, pero ya no puedo comer una palomita más – murmura cerca de mi oído y aunque la luz está apagada casi estoy seguro que está sonriendo.

La verdad me gusta mucho su compañía, tiene algo diferente, pero son sé qué sea con exactitud.

La película transcurre haciéndonos reír, hasta que las escenas se tornan un tanto subidas de tono. Los protagonistas se encuentran en una habitación, discutiendo por una tontería como siempre. La chica, de unos veintiséis años, le pregunta al que es su mejor amigo por qué siempre la molesta como si fueran niños de siete años. Él se calla unos segundos y la mira fijamente a los ojos, “Porque me gustas mucho” responde finalmente. Ella se queda inmóvil sin decir nada, la noticia la ha tomado por sorpresa, y antes de que pueda reaccionar, su hasta ahora mejor amigo se acerca y la besa intensamente. Al principio ella se resiste, pero después de unos segundos corresponde a sus besos.  

El chico de unos veintisiete años camina unos pasos haciendo que ella retroceda lentamente hasta que ambos quedan al borde de la cama. Ahora los besos se tornan más lentos y tiernos mientras que él la despoja lentamente de su blusa al tiempo que ella hace lo propio con la playera de él.

Se recuestan en la cama y él inicia las caricias sobre su cuerpo, provocando que ella se estremezca al contacto con su piel.

Volteo a ver a Evelyn. Tiene un rostro angelical y a la vez un cuerpo de tentación. ¡Dios mío! ¿Qué le dan de comer a esta niña? Pienso para mis adentros.

Movimiento número dos.

Con mi brazo izquierdo, el cual sigue sobre sus hombros, la atraigo hacia mí en tanto  que extiendo mi brazo derecho hacia ella para abrazarla. Evelyn me dedica una tierna mirada. Una mirada que me arranca una sonrisa sincera. Ella acomoda su cuerpo hacia mí, se recarga en mi pecho y me abraza con la mano izquierda. Es una sensación muy agradable. Esta chica me provoca muchas cosas.

Regresamos la atención nuevamente a la película, y como era de esperarse, la siguiente escena después de las caricias es de ellos dos acostados bajo las sábanas, abrazados y con una sonrisa de idiotas después de tener sexo.

Movimiento número tres.

Inclino un poco mi cabeza hacia ella y le susurro al oído.

-¿Se te antojó?

Parece sorprendida por mi pregunta. Gira su cabeza hacia mí y sonríe. Estoy impaciente por saber su respuesta.

-Sí – responde con voz entrecortada y aunque las luces están apagadas estoy seguro que sus mejillas se pusieron de color rojo.

Mis labios dibujan una media sonrisa y mi mirada se enciende.

Mi mano derecha coloca detrás de su oreja un mechón de su cabello que  había caído sobre su rostro.

Después de acomodar su cabello mi mano acaricia suavemente su mandíbula para después descender a su cuello y continuar su recorrido por su brazo izquierdo. Ella me mira y sus labios dibujan una ligera sonrisa. Recorro varias veces su brazo con mi mano, y luego la llevo hasta su vientre dando suaves caricias sobre él.

Instantes después subo mi mano hasta su seno izquierdo y un jadeo escapa de su garganta. Froto mi mano contra su bien formado pecho y este se mueve debido a la respiración agitada de Evelyn. Ella cierra los ojos y abre un poco sus exquisitos labios. Quiero besarlos, pero no lo hago.

Mi ritmo cardiaco empieza a acelerarse. Acomodo un poco mi cuerpo para moverme con más comodidad. Mi mano deja las caricias y busca el amplio escote de la blusa para introducirse suavemente dentro de su sostén. Evelyn se muerde el labio inferior y su cuerpo reacciona al contacto con mi mano.

Froto suavemente su pecho mientras mis labios atrapan el lóbulo de su oreja izquierda. Tiro de su pezón con mi dedo índice y el pulgar y Evelyn arquea la espalda producto de la extraña y agradable sensación que está experimentando.

-Detente por favor, nos pueden ver – murmura entrecortadamente.

-Nadie nos verá, sólo déjate llevar – Susurro después de soltar su lóbulo.

Estoy seguro que nadie nos ve aunque el riesgo de que lo hagan está latente, y eso da un toque excitante al momento.

Libero su pezón que en este momento ya está erguido, señal de su excitación, y continúo dando suaves masajes a su hermoso y apetecible seno.

Ella lo está disfrutando tanto como yo.

Después de algunos minutos mi mano se dirige a su pecho derecho y repito los movimientos que hice magistralmente sobre el izquierdo.

Mi mano estimula alternadamente ambos senos durante varios minutos más, y cuando más excitada parece estar Evelyn jalo hacia abajo el escote de su linda blusa dejando expuesto su pecho derecho, y enseguida mis labios lo recorren centímetro a centímetro, dejando a su paso besos y succionando por momentos su suave piel, hasta atrapar su duro y rosado pezón.

Ella gime y por un momento creo que nos descubrirán. Me detengo unos segundos para asegurarme que nadie nos está viendo. Afortunadamente nadie lo hace y yo puedo seguir con lo mío.

Succiono y doy pequeños mordiscos a su pezón, mientras que mi mano derecha, ahora libre, desciende lentamente dejando caricias a su paso sobre su vientre, sus piernas y sus muslos.

Mi respiración es agitada, pero no es nada a comparación de la de Evelyn. 

Mi mano izquierda sigue rodeándola y ofreciéndole ocasionales apretones en el hombro izquierdo.

Mi mano derecha se sitúa sobre su entrepierna y froto con fuerza por encima de la tela de su pantalón  para que la presión llegue hasta su sexo. Ella gime nuevamente y su cuerpo se estremece.

Acelero las succiones sobre su seno izquierdo al tiempo que froto con más intensidad y velocidad su entrepierna.

¿El momento puede ser más excitante? Pero por supuesto que sí.

Dejo de succionar su pecho y retiro un poco la cabeza para tratar de ver sus gestos. La pantalla produce por momentos destellos que iluminan tenuemente la sala. Oh es muy placentero verla disfrutar mis caricias, tanto las hechas con mis manos como las hechas con mis labios.

Muevo lentamente mi mano derecha hasta que llega al borde superior de su pantalón y muy despacio introduzco mis dedos bajo la tela. Próxima parada: su sexo. Ella cierra más las piernas tratando de evitarlo, pero sé que en el fondo se muere por que la toque en ese lugar tan íntimo. Sé que lo desea tanto como yo.

Justo en ese momento, y de forma muy inoportuna debo decir, las luces se encienden lentamente indicando el final de la película. ¡Mierda!

Retiro a toda velocidad mi mano y ella se acomoda de igual forma el sostén y la blusa. Lanzo miradas furtivas hacia las personas que han empezado a levantarse de sus asientos y respiro con alivio al confirmar que nadie nos ha visto.

Muevo la cabeza en dirección a Evelyn que está roja como un tomate y ambos nos dedicamos una sonrisa cómplice. Esperamos a que todos los demás salgan y antes de levantarnos de nuestros asientos me acerco y le doy un beso en la comisura de sus labios.  

Lamento hacerlos esperar, me acabo de mudar y he estado ocupado. Pronto subiré el siguiente capitulo.

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Perdido en su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora