CAPITULO 6 "¿POR QUÉ?"

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TRES AÑOS ATRÁS (8 DE JULIO DEL 2011)

Conduzco mi volkswagen sedán blanco por el boulevard, rumbo al Instituto Tecnológico de Acapulco.  Doy un vistazo a mi viejo celular para revisar la hora, son las dos de la tarde con veintitrés minutos. Tengo tiempo suficiente para llegar sin necesidad de meter el acelerador a fondo. No me gusta conducir rápido, la idea de un choque me provoca mucho temor. Procuro siempre respetar los señalamientos viales y conducir con precaución, extrema precaución.

Llego al estacionamiento del Instituto faltando quince minutos para las tres de la tarde. Miro las cosas en el asiento del copiloto, y repaso nuevamente el plan en mi mente: Entraré con el ramo de rosas y la caja de chocolates perfectamente envuelta para regalo, ambas cosas dentro de una bolsa negra para no llamar la atención. Sigo siendo muy tímido. Para cuando ella salga de su última clase yo estaré a unos metros de su salón, esperándola con las rosas y los chocolates en las manos, que estarán escondidas tras mi espalda. Al verme seguramente se sorprenderá, ya que es la primera vez que vengo desde que me gradué en este mismo Instituto como licenciado en administración de empresas,  hace casi un año. Cuando la tenga frente a mí, le entregaré el ramo de rosas, e instantes más tarde le entregaré la caja de chocolates. Después de los besos y abrazos, la llevaré a comer a un buen restaurant. Es una fecha muy especial y debemos celebrarlo.

Muevo la cabeza para quitar la sonrisa idiota que me provocó imaginar todas esas escenas.  “Será perfecto” Murmuro mientras bajo de mi viejo auto, para después meter las cosas en la bolsa negra. Me aseguro de cerrar bien el auto y me dirijo de prisa hacia la entrada. El vigilante no está a la vista, así que me escabullo rápidamente. No quiero que mis planes se arruinen por tener que llenar el formato de visitantes. Subo la escalinata dejando atrás los edificios administrativos, la sala de maestros y las oficinas del sindicato. Veo que han remodelado todos los edificios y además han dado especial cuidado a las áreas verdes. También han construido rampas para los discapacitados. No puedo evitar pensar que todo ha mejorado desde que egresé. Suspiro al recordar mis tiempos de estudiante.

Sigo mi recorrido en las escalinatas. A lo lejos, del lado derecho  puedo observar la biblioteca, y del lado izquierdo la nueva cafetería. Continúo subiendo, al lado del edificio de la licenciatura en contaduría. Sigo hasta llegar a la desviación, que hacia la izquierda lleva al laboratorio de cómputo pasando primero por los lujosos baños,  y finalmente hasta el edificio de arquitectura, y hacia la derecha lleva hasta el edificio de la licenciatura en administración, donde ella está tomando su última clase del día.

De pronto algo hace que me detenga. Caigo en cuenta de que he visto muy pocos estudiantes desde que entré, veinte por mucho, todos ellos dirigiéndose hacia la salida. Es algo completamente extraño, y me percato de que todas las aulas frente a las que pasé se encontraban vacías. No se escucha el clásico murmullo de los alumnos. Todo está en completa calma. Un pensamiento cruza mi mente haciendo que un nudo se forme en mi garganta: Seguramente salió temprano, y eso arruinaría por completo mis planes.

Sacudo la cabeza para aclarar mis ideas. Es poco probable que todos salgan temprano el mismo día. Justo en ese momento veo a una chica salir de los baños. Me acerco lentamente hacia ella, y cuando estoy a una distancia cercana me detengo.

-Hola, una pregunta, ¿Por qué la escuela está casi vacía? - Pregunto tratando de parecer amigable para no asustarla debido a que estamos solos y soy un desconocido para ella.

- Hola, estamos en periodos de exámenes finales, toda la semana hemos salido antes del mediodía – me responde con una sonrisa.

- Gracias, no lo sabía – respondo tratando de disimular la sorpresa.

- Hasta luego.

Se despide amablemente y posteriormente continúa su camino en dirección a la salida.

Si toda la semana han estado saliendo temprano ¿Por qué no me lo dijo? Todos los días me ha dicho que tuvo todas las clases. La angustia se apodera de mí. Camino hacia el aula 210, donde según su horario se encuentra ahora. La puerta está cerrada. Me asomo por la ventana y un escalofrío recorre mi espina dorsal mientras un dolor punzante invade mi corazón. 

No puedo creer lo que mis ojos ven.

SALUDOS

GRACIAS A TODOS LOS QUE ME LEEN. NO OLVIDEN VOTAR Y COMENTAR.

KJ

Perdido en su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora