PRESENTE (NOVIEMBRE 2014)
Al llegar a mi departamento me doy un buen baño y me acuesto a dormir.
El sonido de mi celular me despierta sorpresivamente. Estiro la mano hacia la mesita de noche y lo tomo para contestar la llamada, es Sarah. Había olvidado que hoy la vería, rayos.
—Hola, linda.
—Hola, voy saliendo para tu departamento.
— ¿En cuánto tiempo llegas?
—En media hora.
—Bien, nos vemos en media hora entonces.
Termino la llamada y programo la alarma para que suene dentro de veinte minutos antes de retomar mi descanso.
Cuando la melodía de la alarma me despierta la desactivo y me siento en el borde de la cama aún con algo de sueño. Me estiro mientras bostezo para despertarme por completo.
Rápidamente me lavo la cara y los dientes.
Cuando suena el timbre de la puerta avisando la llegada de Sarah ya estoy listo. Solo llevo puestos jeans y tenis. Ella llega puntual como siempre. Bajo tranquilamente para abrir.
—Hola guapo — me saluda y me besa intensamente.
—Hola — le respondo finalmente.
Lleva puesto un diminuto short color melón, blusa blanca de mangas cortas y zapatillas a juego.
Subimos al departamento y en cuanto cierro la puerta la tomo entre mis brazos y la llevo cargando hasta el sofá, donde la acuesto. Me lanza una mirada intensa mientras me siento en la orilla y me inclino para besarla. Sus manos me acarician los brazos, el pecho y la espalda, y yo hago lo propio, recorriendo todo su escultural y delicioso cuerpo.
Me detengo unos segundos para observarla. Sarah me atrae hacia ella con los brazos alrededor de mi cabeza y vuelve a besarme con intensidad. Ella se muestra impaciente, puedo notar el deseo en su mirada, en sus gestos, en sus movimientos…
—Extrañaba tus besos — logra decir con voz entrecortada.
— ¿Solo mis besos?
—También tus caricias, y tu…. Bueno tu cuerpo entero.
Realmente está excitada.
Mis labios oprimen el lóbulo de su oreja y succiono suavemente.
— ¿Extrañabas esto? —le susurro al oído.
—Sí —responde en voz baja
Mis labios recorren su cuello dejando suaves besos a su paso.
— ¿Extrañabas esto?
—Sí —musita con los ojos cerrados.
Mis manos recorren lentamente su cuerpo desde sus pechos hasta el borde de su short. Con seductora lentitud subo su blusa y su brasier dejando al descubierto sus pequeños pero bien formados senos. Abre los ojos ansiosa. Levanto mi vista a su rostro, le dedico una media sonrisa y una mirada llena de deseo.
¡Ella es la tentación hecha persona!
Mis manos acarician sus pechos delicadamente.
— ¿Extrañabas esto?
Asiente con la cabeza. Su respiración se está acelerando.
Mis dedos capturan sus erguidos pezones que delatan su excitación y tiro suavemente de ellos. Sarah deja escapar un gemido. Acerco mis labios a uno de ellos y lo succiono despacio. Doy un ligero mordisco y ella arquea la espalda en respuesta.
Mi mano sigue acariciando el otro pecho. Las succiones son cada vez más intensas provocando que Sarah se encienda más.
Mis labios se dirigen al otro pezón, y mis dedos se posan en el que dejé de succionar. Repito las succiones y los mordiscos, mientras que mi mano continúa con las caricias.
Me detengo unos instantes.
— ¿Y esto?
—También —logra decir. Le falta el aliento.
Sonrío triunfante. Recorro a Sarah con la mirada, de pies a cabeza. Es muy atractiva, y la tengo a mi completa disposición, con unas ganas que se le notan demasiado.
Mi mano ahora se dirige a sus piernas. Me gustan las mujeres con piernas torneadas.
Ella nota mi erección y coloca su mano sobre ella. Me sonríe de forma cómplice.
Desabrocho el botón de su diminuto short y bajo el cierre. Sabe lo que voy a hacer. Me mira impaciente.
Cuidadosamente meto mi mano dentro de su short y su diminuta ropa interior, llega hasta su vello púbico recortado y sigue lentamente hasta llegar a su clítoris. Froto suavemente un par de veces y sigo hasta sus labios... Sarah está muy húmeda.
Mi dedo medio se desliza lenta y suavemente en su sexo y ella se retuerce de placer al contacto. Es muy excitante ver sus gestos y reacciones a mis estímulos. Froto una vez más el clítoris haciendo movimientos circulares. Intensifico las caricias... Sarah ahoga otro gemido. Su mirada está hacia el techo, pero dudo que lo esté viendo. De pronto le doy una ligera palmada en la zona que estoy estimulando. Como respuesta su espalda se arquea y sus labios se quedan abiertos ante la dolorosa pero excitante sensación.
Vuelvo a dibujar círculos con mis dedos haciendo los movimientos cada vez más rápido y con ello la respiración de Sarah se incrementa también. Los gemidos se hacen presentes. Oprime con fuerza mis brazos con sus manos, tratando de aferrarse a algo mientras un inmenso placer la invade. Jala mi cabeza hacia su rostro y me besa con mucha intensidad, muerde mis labios, tira de mis cabellos. Está totalmente extasiada.
Toda la escena es de lo más erótica.
De pronto el movimiento de mi mano se hace más lento, para darle un descanso de todo ese mar de sensaciones, y cuando parece recuperarse acelero el ritmo otra vez. Nuevamente se hacen presentes los gemidos, los movimientos erráticos de su cuerpo y los besos apasionados. Cierra las piernas tratando de aprisionar mi mano, pero esta sigue con los implacables estímulos.
Sin descuidar el exquisito trabajo manual, me inclino para chupar uno de sus pezones. Cuando bajo la intensidad de las caricias sobre su clítoris, bajo también la intensidad de las succiones. Es una sincronía que la abruma.
— ¿Qué tanto me extrañabas? —pregunto con voz ronca.
—Mucho — responde entre gemidos.
Cuando menos se lo espera atrapo el otro pezón y le doy un fuerte mordisco. Su cuerpo se estremece por completo. El dolor puede ser muy excitante.
Doy otra palmada en su entrepierna y gime. Falta muy poco para que llegue al clímax.
Dedico toda mi atención al excelente trabajo que estoy proporcionando con la mano. Deslizo otra vez mi dedo medio entre sus labios, lenta y suavemente durante unos instantes. Regreso a estimular su clítoris. Con movimientos lentos la estimulo y poco a poco acelero el ritmo a tal grado que ella no aguanta más. Sus gemidos resuenan por todo el departamento y estalla ante tanto placer.
DISCULPEN POR LA TARDANZA. HE TENIDO UN PAR DE SEMANAS MUY ATAREADAS Y MI TIEMPO LIBRE LO CONSUME POR COMPLETO MI NOVIA.
ESPERO QUE LES GUSTE EL CAPÍTULO.
KJ
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Perdido en su mirada
RomanceAlejandro Rodriguez, es un atractivo chico de 24 años experto en el arte de la seducción. Él solo busca relaciones abiertas y está muy cómodo con su estilo de vida, hasta que conoce a Evelyn Mendoza. Ella es una tímida pero muy hermosa chica de 17 a...