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A la hora acordada los Kidou habían llegado puntuales, los últimos días la relación Kidou-Kira se habia hecho mas estrecha, habia mas eventos sociales en los que coincidían y habia mas cenas a las que asistían.

La relación que tenia Ádis con el heredero de Kira era muy buena, puesto que se conocían desde pequeños, varias revistas de espectáculos amaba a esa pareja, su química e interacción era imposible de ignorar, era muy evidente que eran muy compatibles.

Hiroto no se quejaba de aquellos rumores, pues realmente no le molestaban en absoluto, al contrario, cada que tenía la oportunidad tenia acciones que confundían mas a los espectadores y a sus fans.

La pareja padre-hijo llegaron a la mansión Kidou donde fueron recibidos por la heredera, quien como hace años habia asumido el papel de anfitriona de la casa Kidou.

― Bienvenidos. ― Saludo ella con una sonrisa. Hiroto sonrió de igual manera en su dirección.

― Es un placer estar aquí nuevamente. ― Dijo de manera educada el señor Kira.

― Por favor, adelante. ―La menor avanzo con elegancia mientras encaminaba a los invitados.

Si le preguntaran a Ádis ¿Cuál era su lugar favorito de su casa? Ella respondería que el jardín, definitivamente, su madre solía cuidar con mucho detalle el jardín, era amante de las flores y la naturaleza.

Era algo que Ádis habia heredado de su madre, pues ella también sentía gran amor por las flores, no habia flor que en sus manos no floreciera bellamente.

Tal vez tenía algo que ver con ser heredera de hades y Perséfone, tal vez por eso las flores le seguían y florecían solo para ella, como si quisieran alegrar su día.

Hiroto caminaba con la chica por el jardín, ambos se sentaron en una banca frente a las rosas rosadas, ambos chicos recordaban sus anécdotas infantiles con mucha nostalgia.

― Recuerdo que esa vez nuestras madres en lugar de enfurecer no pudieron contener la risa. ―

― Obviamente se reirían, te veías demasiado gracioso, tenias plumas pegadas con barro por todas partes. ― Recordó ella riendo.

― ¡Oye! Tú también estabas llena de plumas. ―

― Si, porque alguien se le hizo divertido abrazarme y llenarme de barro con plumas de colores. ―

― Te mirabas linda. ― Dijo en su defensa el Kira.

― Lo sé, es imposible que una diosa como yo luzca mal, incluso si está llena de barro. ― Contesto con la misma arrogancia con la que solía contestar el dios goleador, lo cual causo la risa del chico al reconocerse en ella.

𝐓𝐇𝐄 𝐈𝐂𝐄 𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄𝐒𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora