A las estrellas | Sin corregir

CAPÍTULO 26

"Dice estar muerto, pero llora con ciertas canciones y se conmueve al filo de un libro. Él no está muerto, solo está infinitamente roto".

Elena Poe.

Blair Beckham

He estado dándole vueltas al mismo asunto y siempre lo dejo inconcluso, llevo un poco más de tres años posponiéndolo, ¿por qué? Tal vez porque no quiero darme cuenta de la realidad porque sé que me dolerá y no la puedo evadir. Entonces aquí vamos de nuevo; ¿por qué papá nos abandonó? ¿Fui yo la causa del divorcio? Muchas veces los escuché pelear por los horarios del trabajo de mi madre, él le reclamaba que nunca estaba en casa y que cuando quedábamos para pasar un día en familia nunca podía, dolorosamente es cierto. Mi madre se defendía diciendo con que es su trabajo, que lo hace para asegurarme un futuro sin carencias, y sí, pero está descuidando la parte más importante, el dinero no me puede dar un día completo sin interrupciones con mi madre. Las veces que se queda conmigo en casa, siempre son interrumpidas por su trabajo. Poco a poco creí que ya no me importaría a medida que pasaba el tiempo, y aprendí a aceptarlo, pues ya no me queda de otra.

A mi padre ni lo veo, decía que nunca se alejaría de mí y que me amaba mucho, bueno, eso duro muy poco tiempo. Lo último que supe fue que tenía otra esposa con quien tenía dos hijos. Fantástico. Lo último que queda es desearle el bien y que no deje a sus otros hijos como a mí. Para alejar esos pensamientos y enfocarme en otra cosa pensé en Rebeca, no sé nada de ella así que decidí llamarla después de mucho tiempo, tal vez se enoje, tal vez no, tal vez me mate mañana en la escuela, o tal vez no. Todo puede pasar.

— ¿Rebeca? —pregunté. Fue un poco tonto porque es obvio que contestaría ella.

— ¿Qué quieres? —rodé los ojos al reconocer la voz— Se está bañando.

—Muy bien, luego... —antes de poder colgar, él colgó primero.

Muchas veces me he preguntado cuál es el problema de Miller conmigo, no le he hecho nada, solo le di una cachetada en frente de media escuela, le tiré un vaso de agua en una fiesta, Evan golpeó a su amigo y ya. No hay motivos para que me odie..., tanto. Admito que si me he comportado mal, pero se lo merece, no es muy buena persona. No sé por qué Rebeca sigue con él, ella merece algo mejor.

Quede de verme con Evan en el parque, así que sin nada más que hacer en mi casa, salí directo al punto de encuentro. Mientras caminaba veía a personas paseando sus perros e inmediatamente pensé en que realmente necesito uno, pero mi madre claramente no me dejará tenerlo. Lo podría tener a escondidas, pero llegará al punto de que no pueda seguirlo ocultando, ¿qué le diría cuando entré a casa con croquetas? ¿O cuando ladre? Mejor dejémoslo así.

En cuanto vi a Evan sentado en la banca me imaginé cuando decía que jamás me gustaría alguien, tenía tan solo cinco años. Supongo que todos hemos pasado por la etapa donde ver a parejas besándose nos daba asco. En mi vida solo me han gustado dos personas, no sé si la típica atracción de las personas que ves en el bus o en la calle cuenten, pero sí, solo dos; la primera fue cuando tenía como trece años y obviamente no sucedió nada, ¿por qué? Recordé que necesitaba hablarle para poder tener algo. La segunda persona es como cuatro años mayor que yo, y trabaja en el mismo hospital donde trabaja mi madre, era un residente. Recuerdo que siempre quería visitar a mi madre en el hospital solo para verlo; qué pena. Jamás había dado mi "primer beso", hasta hace dos meses o tres, no recuerdo. Se escuchará extraño y cursi, pero Evan es mi primer amor y no se lo he dicho, supongo que ya se dio cuenta, no es tan fácil esconder mi inexperiencia. Por otro lado, Audrey no ha hecho nada en contra de mi persona, pero aún así tengo miedo de que planeara algo.