"Una estrella debe morir para que otra pueda vivir"
Él jamás se imaginó que con el desastre de persona que es ella, podría amarlo en toda la extensión de la palabra... cómo nunca nadie lo hizo.
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Ella jamás se i...
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Evan Walsh
Me sobra el mundo y me hace falta una persona, solo una, no pido más. ¿Por qué la vida es tan injusta? Te quita personas que lo único que hicieron en vida fue dar lo mejor de ellas para reparar a otras personas completamente rotas. Aquella que tomó un lugar que no le correspondía por otra a la que ni siquiera le importó.
Leila era un sol en mi vida, jamás podía enojarme con ella, me apoyó demasiado, más de lo que debería. Tomó el lugar que le correspondía a mi madre. Llego después de que ella me abandonara, llego para levantarme de la caída en la que me encuentro y de la cual aún no puedo levantarme. Ella trató de convencerme de que mi madre tuvo sus razones para alejarse, me decía que necesitaba tiempo, pero ¿cuánto más? Ya llevo cuatro años sin verla. No podré comprender muy bien por qué lo hizo, pero hay varios factores que me dicen la respuesta: uno, mi padre y dos, yo. Aunque ella no lo admita, sé que yo también provoque su huida, no quiero aceptar que fue por miedo, miedo a mí... a su hijo.
¿Por qué no puedo hacer nada bueno? Más que dañar a las personas a mí alrededor. Personas que no merecen pagar por mis platos rotos, un ejemplo; Leila. Nunca podré perdonarme su muerte, porque yo tuve la culpa, y es una culpa que cargaré por el resto de mi maldita vida.
La vida es mala, tan mala como mi existencia.
Al menos estoy bien con Blair, creo. Seguiremos así en cuanto no me saqué de mis casillas o la harté. Es que ella es muy desesperante, demasiado parlanchina para mi gusto, pero puedo soportarla, más de lo que imaginé soportar a una persona así como ella. Dicen que todos llevamos un niño interior, pero Blair parece tener a todo un kínder completo.
Me vuelve completamente loco. En todos los aspectos.
Es una de las pocas personas que no quiero alejar de mi vida, pero mis acciones son las que hacen que se aleje, y sé que algún día se cansará de mí, y en vez de enojarme, la entenderé. Vamos, nadie se quedaría con un bipolar, ni siquiera yo. Lo que no entiendo es que le he dado a Blair los motivos suficientes para que se vaya, demostrándole mi falta de importancia hacia ella, pero sigue aquí y realmente me sorprende y me agrada. No la quiero tener esclavizada a mí, no quiero que sufra por mi culpa, la peor sensación es saber que está sufriendo y saber que soy yo quien está causando eso. No debió acercarse a mí, todo por ese maldito ensayo. Pero de una cosa si estoy seguro, no me arrepiento de conocerla.
Bajé a la cocina para beber un poco de agua, ya que mi boca está seca. Al entrar a la cocina me percaté de que mi padre está buscando algo en la nevera, por inercia traté de regresar hacia mi habitación, pero su voz me lo impidió.
— ¿Qué quieres?
—Vine por un poco de agua. —me volví hacia él.
—Pudiste decirle a tu tía Leila que te la llevara —un nudo se creó en mi garganta—. Ah, cierto, que está muerta. Por tu culpa, ¿no?
